Mary Carmen Rosado Mota
@mary_rosmot
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¡Qué gran alegría y orgullo! El deporte mexicano, especialmente el practicado por mujeres, casi siempre nos regala este tipo de momentos, partidos donde se disputa al máximo, emociones a flor de piel que impulsan a querer ir por más y, sobre todo, la dicha de construir un legado haciendo lo que disfrutas en compañía de otras mujeres tan talentosas como tú.
La Copa del mundo femenina sub-17 arrancó a mediados de octubre con la selección mexicana enfrentando un complicado reto pues el grupo donde terminó colocada la puso cara a cara con las campeonas de la edición anterior y con una de las grandes favoritas, aun así, el equipo tricolor salió decidido a construir su propia historia. Pese al tropiezo que supuso su primer partido ante Corea del Norte, hasta cierto punto esperable por ser las monarcas vigentes, estas jóvenes futbolistas encararon las jornadas siguientes con mucha actitud y dejando maravillada a la afición mexicana.
Tras vencer a Países Bajos y a Camerún para el cierre de la fase de grupos, el verdadero reto comenzó con los octavos de final ante Paraguay. Las copas del mundo contemplan una fase de grupos donde puedes recomponer el camino cuando los objetivos no inician como quieres, sin embargo, en cuanto llega la fase eliminatoria sabes que es ganar o emprender el regreso a casa. La selección mexicana le hizo frente a su similar sudamericana y con un gol de Berenice Ibarra en los primeros minutos del partido fue suficiente para instalarse en la siguiente ronda.
Los cuartos de final ante Italia marcaron un antes y un después en el torneo, pues el empate a ceros durante el tiempo regular significaba el cuarto partido consecutivo en el que México no recibía gol del rival, teniendo como principal protagonista a la maravillosa Valentina Murrieta, la joven veracruzana portera del América, quien en ese mismo partido dejaría un importante precedente para el resto del torneo. Los penaltis decidieron que México avanzara a semifinales con grandes atajadas de su portera.
Ya en semis el destino les puso de nueva cuenta frente a Países Bajos, sin embargo, en esta ocasión, a diferencia de lo sucedido en la segunda jornada de grupos, Países Bajos se llevó el triunfo con un gol anotado en el último tercio del partido, incluso en los minutos finales un tiro que pegó al travesaño parecía darle esa última instancia de vida a la selección mexicana que terminó quedándose a un paso de la final.
Es así como el pasado sábado la mañana se pintó de verde, blanco y rojo para ver a nuestra selección sub-17 salir a la cancha para medirse ante Brasil por la medalla de bronce de este campeonato. Luchando contra la adversidad de ir abajo en el marcador y logrando el empate casi en el último suspiro del partido, de nueva cuenta sería la tanda de penaltis donde se definiría a las ganadoras y por supuesto que nuestra arquera mexicana saldría a mostrar el temple que, pese a su corta edad, la convirtió en la mejor portera de esta edición de la Copa del mundo al atajar 5 de los 11 tiros que recibió en todo el torneo.
La selección mexicana sub-17 se quedó con un muy merecido tercer lugar de este importante torneo de su división, dejando claro que lo que se ha sembrado en la Liga MX Femenil ha comenzado a generar frutos ¡Qué jóvenes tan grandes nuestras guerreras mexicanas!
