Un grupo de investigadores se concentró en las partes más pequeñas de los registros fósiles que han sido hallado hasta ahora, los dientes de los terópodos, para encontrar respuestas sobre una pregunta a gran escala: cómo fue la evolución de los dinosaurios en el fin de la era del periódo Cretácico, hace unos 65 millones de años.
Gracias a este estudio, los expertos lograron cuadriplicar la diversidad de dinosaurios en las áreas que fueron estudidadas, un total de ocho localidades en Treviño, Huesca y Lérida, una zona donde hasta ahora se conocía de dos especies.
Los investigadores tomaron 142 dientes de las edades Maastrichtiense y Campaniense, las más recientes del Cretácico, cuyo análisis arrojó el resultado de que seis especies adicionales -cinco de ellas pequeñas y una grande- estuvieron presentes en la región estudiada.
"Estudiar estas pequeñas partes nos ayuda a reconstruir el mundo antiguo donde los dinosaurios vivían y también a entender cómo ocurrió su extinción", afirma Angélica Torices, de la Universidad de Alberta (Canadá), principal autora de la investigación. "Los dientes son especialmente importantes en el estudio de las criaturas de la época del Cretácico Superior (o Cretácico Tardío) en España y el resto de Europa, porque no tenemos esqueletos completos de terópodos de esos tiempos y en esos lugares. Tenemos que confiarnos en estos pequeños elementos para reconstruir la evolución de estos dinosaurios, particularmente los terópodos", agregó.
Los dinosaurios carnívoros reemplazaban sus dientes continuamente, por lo que uno de estos animales era capaz de producir un gran número de piezas dentales y, en retrospectiva, un sinfín de pistas para entender a estas criaturas. El estudio demuestra el valor de los dientes como piezas aisladas para reconstruir la composición de la fauna paleolítica de los dinosaurios cuando algún otro material más completo simplemente no existe.
Los hallazgos proveen grandes pasos en el entendimiento no sólo de la diversidad de los dinosaurios carnívoros a fines del Cretácico en Europa, sino que también cómo la diversidad de animales grandes responde a los cambios climáticos.
"Cambia completamente la visión del ecosistema", afirma Torices. "Incluso ahora entendemos que estos dinosaurios desaparecieron muy rápido en tiempo geológico, probablemente en un evento catastrófico. Los modelos climáticos muestran que podríamos alcanzar temperaturas como las del Cretácico en el próximo siglo, y la única forma en que podemos estudiar la biodiversidad en tales condiciones es a través de registros fósiles", concluyó.- El Universal