El padre Marcos Couoh Yam cuestiona a los fieles por permitir la aprobación de una ley que pone en riesgo lo que las familias han construido
La Iglesia católica se pronunció en contra de la reforma a la Ley de Expropiación y cuestionó a la feligresía por qué permitió tal decisión que pone en serio riesgo la estabilidad patrimonial de la sociedad.
Durante la celebración litúrgica en la Parroquia de Nuestra Madre Santísima de la Luz, en Ciudad Concordia, el celebrante Marcos Couoh Yam convocó a la sociedad a defender sus intereses patrimoniales, que con mucho esfuerzo edificaron a lo largo de los años: “¿Por qué lo han permitido? ¿Acaso no saben que está en riesgo lo que por ley les pertenece? Tienen que hacer una profunda reflexión al respecto y evitar que cualquiera resulte perjudicado con una acción de esta naturaleza”.
Momentos antes de concluir la celebración religiosa y dar la bendición a los presentes, el joven sacerdote no se contuvo, y con voz firme, contundente y hasta de enojo e impotencia, preguntó a la feligresía qué estaba pasando, por qué el pueblo permitió que se aprobara semejante ley que atenta contra el patrimonio familiar.
Aunque expresamente no convocó a la sublevación, sí pidió no ser pasivos y hacer algo al respecto para evitar que el día de mañana les arrebaten lo que con tanto esfuerzo forjaron para sus familias.
Al respecto, Pilar Zapata, una consecuente asistente a las misas habituales de esta parroquia, consideró que lo aprobado por Morena en el Congreso del Estado es una verdadera locura.
“Si de por sí ya hay un rechazo generalizado a este gobierno, con iniciativas como estas no hay la menor duda de que la sociedad cometió un grave error al votar por este gobierno. Creo firmemente que hemos aprendido la lección para ya no volver a incurrir en el mismo engaño que hoy nos ha llevado a situaciones inéditas, donde la delincuencia, los pésimos servicios de salud, la falta de empleo, de crecimiento económico y la paupérrima educación están a la orden del día”.
La liturgia estuvo basada en una de las parábolas de Cristo a sus discípulos, donde los invita a terminar de edificar lo que están construyendo, sin temor a enfrentar las adversidades y, sobre todo, tener la seguridad de dónde se tienen puestos los pies.
Texto y foto: Agencias




