Las barcazas cargadas de desesperados siguen llegando a las costas de Italia. En las últimas horas la Guardia Costera italiana, naves pertenecientes a los dispositivos europeos de control de las fronteras, Frontex, Médicos Sin Fronteras y la ONG española Proactiva Open Arms han rescatado a un total de 6.500 migrantes en 40 operaciones distintas en el Mediterráneo, frente a las costas de Libia y Túnez. Se trata de una de las cifras más altas de personas rescatadas en un solo día. En los últimos cuatro días han sido salvadas de una muerte segura cerca de 10.000 personas que viajaban a bordo de diversas embarcaciones entre Libia e Italia.
Según ha informado la Guardia Costera, unas 5.000 personas fueron rescatadas ayer mientras navegaban a la deriva cerca del Canal de Sicilia. Y un día antes las autoridades italianas rescataron a otras 1.100 que viajaban a bordo de distintas embarcaciones. En una de las embarcaciones rescatadas viajaba una mujer con sus dos hijos gemelos de tan sólo cinco días, según ha confirmado Médicos sin Fronteras, que participó en las tareas de rescate con su barco ‘Dignity 1’.
En la isleta de Portopalo de Capopassero, en Siracusa, en la costa sudeste de Sicilia, otras 35 personas fueron abandonadas por los traficantes que conducían las embarcaciones. Entre ellas se encontraba una niña de 22 meses, Merolin, procedente de Irán. La fortuna quiso que un médico de Milán que estaba en una playa cercana atendiera a la niña que se encontraba en graves condiciones de salud después de la larga travesía. La pequeña, que viajaba acompañada de su madre, fue trasladada más tarde por los servicios de emergencia al Hospital de Trigona de Noto.
En el grupo de migrantes que habían partido desde Turquía seis días atrás, según contaron a los servicios de emergencias, viajaban ocho mujeres y siete niñosprocedentes de Bangladesh, China, Nepal, Irak e Irán, como la pequeña Merolin. Todos han sido trasladados al puerto siciliano de Augusta.
Más de 270.000 migrantes llegaron a Europa a través del Mediterráneo de en lo que va de año, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Otras 3.000 personas no tuvieron la misma suerte y perdieron la vida tratando de alcanzar las costas italianas, lo que ha convertido al Mediterráneo en “la ruta más mortal para los inmigrantes que buscan una vida mejor”, según la OIM. La ONG española Proactiva Open Arms denuncia “la vergüenza que deberían sentir los estados al ver cómo la humanidad se hunde en el fondo de este mar convertido en cementerio”.