“De la docencia a la política” Rosario Díaz Góngora

 

La diputada recuerda cómo afrontó el reto de dirigir el Conalep de su natal Tizimín, y lo que aprendió en esa etapa. La alcaldía de esa ciudad del oriente fue su primer triunfo electoral.

La diputada María del Rosario Díaz Góngora ha dado batalla desde hace casi 45 años en el magisterio, primero como docente y después como directora en el Colegio Nacional de Eduación Profesional Técnica (Conalep) de su natal Tizimín, por lo que su meta a futuro está definida: “Quiero seguir sirviendo a los ciudadanos”.

Nacida en Tizimín el mayo de 1953, la actual legisladora se enroló en la administración pública como tesorera municipal en dos períodos: 1987-1988 y 1994-1995, en el intermedio fue contralora en el Ayuntamiento local en 1988-1990. Pero fue hasta el 2011 cuando pudo competir como candidata a un puesto de elección popular.

–Allí me surgió el gusanito de la política y lo estuve intentando cuando llegaban los tiempos electorales hasta que tuve la oportunidad de servir como alcaldesa de 2012-2015 y después legisladora local, que es el cargo que desempeño actualmente –contó a PUNTO MEDIO.

En una entrevista en su oficina del Congreso del Estado, Díaz Góngora apenas repasa su paso en las administraciones municipales de Tizimín, y no es porque no se sienta orgullosa, sino que toda su vida ha estado ligada a la docencia que, sin querer, vuelve a ese terreno.

Habla a este medio de su llegada a la educación, su paso por el Ayuntamiento, pero más orgullo muestra en sus ojos cuando habla sobre el Conalep de Tizimín.

…Si no se ha muerto nadie

–Recuerdo que cuando me nombraron directora en 1990 un amigo profesor, que fue director de una escuela preparatoria me habló y me dio las condolencias. ¿Por qué, sino se me ha muerto nadie? Le pregunté. Es que vas al Conalep, es una tarea muy difícil, te vas a morir allí –cuenta.

–¿Y fue así, difícil?

–Era un reto difícil y lo medité, entonces llegué a la conclusión que allí se me necesitaba y me di a la tarea de estudiar y prepararme para el reto. Lo más importante que el Conalep, desde entonces y hasta ahora, ejerce presupuesto para la capacitación de su personal directivo. A raíz de eso, desde el 90, Tizimín empieza a repuntar con varios indicadores a nivel nacional gracias al trabajo comprometido de todos los directivos y profesores –contó.

Contador Público de profesión, la diputada Chary Díaz Góngora comenzó a trabajar cuando todavía estudiaba la carrera en la Facultad de Contaduría y Administración de la la Uady entre 1972 y 1977, primero en un despacho relativo a la carrera y después en Turismo Aviomar.

–Fueron años de enseñanza en todos los sentidos, en la escuela y en el trabajo. Fueron años vitales en mi formación –recuerda.

Profesora de secundaria

La historia en la labor educativa de Díaz Góngora comenzó después de los ochentas como profesora en la Escuela Secundaria Estatal N° 8 Miguel Barrera Palmero.

–Fíjate que no tenía sueldo, lo hice para hacer méritos que es como se acostumbraba en ese entonces. Pocos meses después, a los seis meses, me dieron la plaza de Escribiente, es una labor que me permitía la relación muy fuerte con los alumnos, directora, maestros y padres de familia –indicó.

Al mismo tiempo, la actual legisladora era catedrática en el Centro de Estudios de Preparatoria “Dr. Crescencio Carrillo y Ancona”, incorporada a la Uady y en el Colegio de Educación Profesional Técnica del Estado de Yucatán, Plantel Tizimín 164, de 1983-1990.

Dejó de ser catedrática en el 90 porque aceptó el cargo de directora en el mismo Conalep, lo que constituyó un reto bastante fuerte, ya relatado líneas arriba.

Como directora del Conalep (de 1990 a agosto del 2012), cuenta que comenzó un repunte que los llevó a obtener el Premio Yucatán a la Calidad en el 2001 y el Certificado bajo la Norma ISO 9001:2000 en el 2003 y que repitieron en el 2006.

Además, en el 2004 se logró el registro como Centro Evaluador de Competencia Laboral y se lograron reconocimientos por el Primer lugar en la categoría “C” y el Tercer Lugar en la categoría “B” del concurso

“La ciencia para todos” en el 2000 por el Fondo de Cultura Económica.

Otros reconocimientos al plantel del Conalep de Tizimín fueron por su colaboración para el desarrollo y fomento de las actividades deportivas del Centro Regional de Desarrollo Tizimín en 2003 y por su brillante participación en materia de atención comunitaria 2003, entregado en el 2004 en Metepec, Estado de México.

Oportunidad de superarse

Gracias a los indicadores que logró el Conalep Tizimín, Díaz Góngora fue invitada para formar parte de un grupo de 25 directores a nivel nacional que fueron capacitados sobre alta dirección, manejo de conflictos y otros temas importantes para un buen desempeño de trabajo.

También participó a nivel nacional en el cambio que se dio en la política del Conalep, cuando pasó de estudios terminales a preparatorianos, con la posibilidad de aspirar a una carrera universitarias.

–Recuerdo que en las reuniones nacionales siempre luché por que el Conalep también otorgara el título de bachillerato, que fue ambivalente: terminal y bachillerato. Que era algo que las empresas solicitaban a los jóvenes que egresaban de nuestra institución –afirmó.

Otro planteamiento que llevó Chary Díaz ante la dirección nacional del Conalep, incluso ante el presidente Carlos Salinas de Gortari, fue que se autorizara para su plantel la carrera de computación, lo que se convirtió en una novedad atractiva para los jóvenes estudiantes.

–Yo siento que la educación, en todos los niveles, incluso como directivos, es una profesión que nos deja muchas satisfacciones, de poder convivir directa con los jóvenes, escucharlos y solucionar sus inquietudes. Lo más importante es hacerles saber que nosotros estamos para ellos, atenderlos, comprenderlos, apoyarlos y conducirlos en el proyecto de vida que tengan –afirmó.

Triunfo político

Sobre su enrolamiento en la política a nivel de candidaturas, cuenta Chary Díaz que fue en el 2011.

–Ese año medí los alcances de una posible candidatura y me doy cuenta que sí podía ganar, jugué en el 2012 para la alcaldía de Tizimín y se dio el triunfo que mucha gente pensó que no lo iba a lograr. Recuerdo que me decían que si perdía qué iba hacer, respondí, con toda la paz y tranquilidad del mundo que me regresaba a mi trabajo, pero gané gracias a la gente hicimos muy buena comunicación con las personas y logramos el triunfo pese a que el PAN tenía el poder con el extinto alcalde José Mezo Peniche –recordó.

Como alcaldesa, Chary Díaz recordó que se comportó con cariño por el municipio, con resultados destacados por el trabajo desempeñado es que buscó la diputación que hoy ostenta.

–Yo sí puedo decir y hablar con orgullo de mi partido, que reconoce el posicionamiento y trabajo de la mujer. Tuve la oportunidad de participar para la diputación del X Distrito y ahora seguimos con ese mismo empeño trabajando por los yucatecos y en especial por los habitantes del oriente del estado –recalcó.

Con cinco nietos

En lo personal, Rosario Díaz Góngora se casó y tuvo tres hijas que le han dado muchas satisfacciones y que son su mayor orgullo, ya que le han dado cinco nietos.

–Ellas han sido el pivote que me han llevado al esfuerzo continuo, que han disfrutado junto conmigo todos los pasos que he dado en el trabajo y en la política. Mis nietos son la oportunidad de ver reflejada y extendida la vida de cada uno de los nosotros como abuelos –resaltó.

Sus padres fueron Emilio Díaz Baeza y Rafaela Góngora Pérez y tuvieron cinco hijos, tres varones y dos mujeres, una de ellas Chary Díaz. Los otros: Antonio, Ermili, Luis Alfonso y Lizzy.

–Todos mis hermanos están, de alguna manera, ligados al magisterio –concluyó la legisladora.

 

Esteban Cruz Obando

 

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.