La escritora Cristina Rivera responde a la descalificación que le hizo Víctor Jiménez

En una carta publicada ayer y dirigida a sus lectores, la escritora y académica mexicana Cristina Rivera Garza responde a la descalificación que hizo el presidente de la Fundación Juan Rulfo, Víctor Jiménez, de su libro Había mucha neblina o humo o no sé qué y que llamó “difamatorio”.

Ella discrepa de tal opinión y además asegura que hay muchos años de trabajo y cariño detrás de ese libro que está programado para ser presentado en la Fiesta del Libro y la Rosa.

“Había mucha neblina o humo o no sé qué. Más que un libro sobre Rulfo -lo he dicho ya varias veces en presentaciones y entrevistas— es un libro que, moviéndose alrededor o a través de Rulfo, invita al lector a tocar el territorio de un país en vilo. Así es: uno piensa que va en busca del pasado y lo que encuentra a cada rato es esa cara a la vez irresuelta y esperanzada, precaria y atroz, del presente.”, señala en la carta publicada en La Langosta Literaria, una página de promoción a la lectura impulsada por su casa editorial Penguin Random House.

Allí la escritora responde a los lectores que le han preguntado sobre la calificación emitida acerca de Había mucha neblina o humo o no sé qué, que motivó la censura de la Fundación Juan Rulfo para que la Fiesta del Libro y la Rosa no use ni el nombre ni la imagen de Juan Rulfo. Ella pide a sus lectores lo que siempre pide a sus alumnos en las clases, que vayan cotejando argumentos y evidencias para formar comunidades vidas, alertas a los retos del presente.

Rivera Garza señala en la carta: “Invito a los lectores que ahora me preguntan sobre la calificación emitida acerca de Había mucha neblina o humo o no sé qué que no se distraigan, que confíen en sí mismos: abran esa puerta, sí, y entren en el libro. Lean, cotejen, comparen, contrasten, regresen, subrayen, anoten, debatan —si fuera de su interés—, disientan —si ese fuera el caso—. Las páginas son todas suyas. Supongo que es así que los libros van armando sus propias esferas de afecto”.

En esa misiva la narradora y directora del Doctorado en Escritura Creativa en Español de la Universidad de Houston, asegura que es necesario leer más, y no leer menos, a Rulfo, ciertamente, y a tantos otros autores también.

“En momentos en que la diseminación de pensamiento crítico se paga a menudo con la vida, como es el caso de tantos periodistas asesinados en México; en momentos en que las políticas neoliberales continúan arrasando con cualquier forma de existencia y pensamiento libertario, es más importante que nunca alzar la voz cada vez que la fuerza del autoritarismo y la ley de la ganancia máxima trata de promulgar e imponer una versión —su versión— por sobre las múltiples versiones de las cosas”, dice.

Agregó que en Había mucha neblina o humo o no sé qué “ofrecí —tal vez debería decir: me atreví a ofrecer— a mi Rulfo mío de mí: uno entre los muchos otros que ya existen y entre los otros tantos que seguirán existiendo si continuamos con su lectura. Mi Rulfo mío de mí que no intenta ni sustituir al tuyo ni eliminarlo, sino más bien multiplicarlo, expandirlo. La lectura como ejercicio de producción y práctica creativa (y no como un mero acto de consumo)”.– El Universal

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