La justicia tiene que ser más humana: Marcos Celis Quintal

–Yo tenía dos sueños desde muy chamaco, y uno de ellos era estudiar ingeniería petroquímica; el otro era estudiar Derecho, influido por la cercanía con los libros y el valor de la ley. Ingeniero petrolero no se pudo, era en la Ciudad de México, así que entonces decidí estudiar Derecho, una carrera que me ha permitido superarme y alcanzar diversos logros –asienta Marcos Alejandro Celis Quintal, magistrado presidente del Tribunal Superior de Justicia.

Último de seis hermanos –el xtup (el menor, en lengua maya), como él mismo dice, Marcos Celis creció en una familia meridana tradicional, luchadora.

En el seno familiar encontró la fórmula para salir adelante, apoyándose en la educación y en el ejemplo de las buenas acciones, así como en la recompensa a la dedicación y al esfuerzo en conjunto. Todo se conjugó para darle un valor primordial al núcleo familiar y al compromiso personal con el estudio.

Nacido en Mérida el 10 de octubre de 1967, Celis Quintal, abogado por la Universidad Autónoma de Yucatán, con doctorado en Derecho Constitucional, se declara una persona responsable y comprometida con la justicia.

Sus primeros andares escolares fueron en la primaria Artemio Alpizar Ruz, en el rumbo de la calle 65, atrás del Parque del Centenario, y posteriormente estudió la secundaria en la escuela Emilio Vallado Galaz, y el bachillerato en la Preparatoria No. 1 de la Uady.

Desde sus primeros pasos estudiantiles, Marcos desarrolló capacidad y responsabilidad para el estudio, y en su etapa universitaria formó equipo con un grupo de amigos junto con los cuales se graduó, entre ellos el actual gobernador del estado, Rolando Zapata Bello.

El ejemplo de un hermano

Es su hermano Jaime, el segundo de los seis, quien lo motiva a estudiar Derecho, ya que él había iniciado la carrera y buscaba un espacio en las actividades políticas en el Partido Revolucionario Institucional. Marcos siguió los pasos de su hermano, aunque paradójicamente, por las mismas actividades políticas su hermano no terminó la carrera y Marcos sí logro cumplir su meta.

Durante su etapa universitaria, Marcos Celis destacó, según refiere durante la entrevista, por buscar las condiciones para ayudar a personas más necesitadas, promoviendo y proponiéndose metas que al principio persiguió mediante el litigio, lo que le permitió conocer y aglutinar nuevas tareas con otros estudiantes, con quienes formó cuadros académicos a fin de participar en competencias estudiantiles.

Antes de su titulación, Marcos Celis litigó en el despacho Corrales Méndez, pero recuerda que esta etapa no lo motivó mucho en su formación dentro de la jurisprudencia, en gran parte “por lo tequioso de la integración de expedientes y por la falta de incentivos al esfuerzo del pasante”.

“En esos tiempos había una rivalidad entre los grupos, entre los del A y el B, pero era una rivalidad por mejorar y superarse”, recuerda.

En 1991 se graduó al lado de un importante grupo de jóvenes abogados que hoy se encuentran desempeñando responsabilidades estatales y federales.

En ese mismo 1991 se integra al equipo de asesoría de Erick Rubio Barthell, lo que lo obliga a viajar y trabajar en México, inicialmente en el Instituto Mexicano del Seguro Social, luego en la paraestatal Conacal, y posteriormente en la Cámara de Diputados, como secretario particular de Rubio Barthell.

En1994 retorna a Mérida y se integra a la oficina de asesoría jurídica del gobernador Víctor Cervera Pacheco, donde promueve acciones de carácter legislativo.

De 2001 a 2006, Celis Quintal ingresa al Poder Judicial del Estado, como Coordinador del Instituto de Capacitación del Tribunal Superior de Justicia. En ese tiempo concluye la Maestría en Derecho Procesal Constitucional, y posteriormente fue asesor de la propia Maestría y de Derecho Constitucional y Amparo, en la Universidad Modelo.

El despegue de su carrera

A partir de ese momento la carrera de Celis Quintal avanza de manera vertiginosa. En julio de 2006 es llamado para ocupar el cargo de Secretario Ejecutivo del Consejo General del Instituto de Procedimientos Electorales y Participación Ciudadana, el cual desempeñó hasta diciembre de 2007.

Para 2008 es nombrado Magistrado Segundo adscrito a la Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Yucatán y en diciembre de ese mismo año es electo presidente del Tribunal Superior de Justicia y del Consejo de la Judicatura del Estado de Yucatán, desempeñando de manera sostenida la carrera judicial, que complementaba con tareas de docencia.

Sin negar sus aspiraciones a lograr una magistratura en el tribunal más alto de la nación, Marcos Celis señala que “son muy pocos los yucatecos que han logrado alcanzar tan importante encargo. Se trata –explica– de una tarea en la cual es vital la capacidad de poder establecer una visión de país acorde con los cambios que la justicia requiere, estudiar y prodigarse en conocer aún más a detalle los alcances y metas de la justicia”.

Un abogado de convicción

A pregunta del reportero, Celis Quintal afirma: “Yo me veo en 2018, el 31 de diciembre (cuando concluye su encargo como presidente del TSJ), dictando leyes. No tengo aspiraciones políticas, soy un abogado que se ha cimentado en la capacidad de analizar las tareas más amplias de la ley y creo que voy a continuar así”.

“Cuando termine mi encargo como presidente del Tribunal Superior de Justicia, me mantendré en el Poder Judicial, haciendo un poco más por darle fuerza a las condiciones de la legalidad, quizás en la capacitación de jueces, también al personal del Poder Judicial, porque se requiere y es preciso hacer mejor el acceso a la justicia para todos”, añade.

“Hoy hemos dado un cambio con los juicios orales. Hoy jueces y abogados deben conocer aún más la ley para poder resolver sus alegatos –subraya–. El abogado actual debe de tener un sustento documental y jurídico acorde con las condiciones que se exigen con estos cambios en los procedimientos de oralidad, y es importante capacitarse y capacitar a los jueces y personal de los juzgados: ésa es una meta a cumplir”, subraya.

Además soy un hombre de familia y voy a darle a mi familia el tiempo que por razones de trabajo he dejado de darle, y sé que es preciso darle a mi familia, por el cuidado en la formación de mis hijos y de mi núcleo familiar, porque si tanto he logrado, con mucho es gracias a ellos”.

A otra pregunta, Celis Quintal expresa: “Tengo admiración por los buenos abogados, pero en especial por don Manuel Crescencio Rejón, quien sin ser abogado logró revolucionar el Derecho en nuestro país y en el mundo, alcanzando la fuerza y razón para establecer las condiciones de la Ley de Amparo”.

“La ley de amparo concreta, por mucho, el valor de los derechos humanos, ya que es el Estado contra el ciudadano, y es donde más debe gestarse la acción del derecho y la justicia”, agrega.

“Don Manuel Crescencio Rejón fue legislador; no pudo ser magistrado de la Suprema Corte de la Nación, por no ser abogado, pero pudo marcar un tiempo con su capacidad jurídica, con una ley que concreta y sublima los derechos humanos”.

Justicia compleja, pero humana

Más adelante el magistrado yucateco señala que “hay cambios sustanciales en este tiempo, la justicia es más compleja, pero a la vez tiene que ser más humana. La sociedad exige estos cambios y por ello es preciso que sea deber del juez, de los jueces, establecer este compromiso de responsabilidad para cumplirla”.

A manera de consejo para quienes están interesados en estudiar Derecho, Celis Quintal enfatiza que para cumplir sus metas ha sido preciso comprometerse y estudiar. “Un abogado no deja de estudiar nunca”, exclama y apuntala: “El valor intrínseco de la justicia es la cabalidad y la razón, la determinación y la ética moral, la firme e insoslayable apuesta por dar a cada quien lo que se merece en su justa medida. Ésa es la meta a la que yo apuesto cada día”.– José Cortázar Navarrete

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