La ONU y AMLO

Carlos Hornelas
carlos.hornelas@gmail.com

El presidente López Obrador tiene programado dirigir un mensaje el 9 de noviembre, cuando en la ONU, México asuma la presidencia del Consejo de Seguridad de ese organismo.

Antonio Guterres, secretario general del organismo, en la reciente inauguración de la 76 Asamblea declaró que “nuestro mundo jamás había estado más amenazado o más dividido”. Alrededor del mundo se han escuchado voces críticas que señalan un anquilosamiento de la organización y un incumplimiento de las promesas fundamentales de su constitución.

Ninguna nación africana, por citar un ejemplo ha presidido jamás el Consejo de Seguridad que además cuenta con un panel permanente de cinco países que se corresponde con las naciones más poderosas del mundo, quienes en lugar de preservar un equilibrio de fuerzas y promover el multilateralismo, han antepuesto sus propios intereses.

Esta semana falleció Colin Powell, otrora jefe del Estado Mayor Conjunto en Estados Unidos y exsecretario de Defensa, quien precisamente compareció ante la ONU en 2003 para mentir deliberadamente sobre la amenaza mundial que representaba Saddam Hussein en Irak y así justificar la guerra de Estados Unidos contra ese país. Este capítulo revela la manera en la cual se cabildean algunos intereses y finalmente se cumplen los planes dictados desde los países poderosos.

La pandemia, el cambio climático, el terrorismo, la polarización política a nivel mundial, las redes criminales y otras muchas otras problemáticas no han sido abordadas desde una perspectiva integral que abarque de manera universal a los países miembros.

Una muestra de ello se tiene en la crisis de la pandemia. Las asimetrías económicas y políticas han evidenciado una capacidad de recuperación divergente en los distintos países.

La aplicación de vacunas, la inversión y la recuperación económica están concentradas en los países más desarrollados. Asimismo, la urgencia del recambio tecnológico indispensable para disminuir la contaminación es una exigencia de los países que paradójicamente son los más contaminantes quienes acosan con su discurso a los que están en vías de conseguir los medios para cumplir con tales solicitudes.

Asimismo, los recursos empleados para la recuperación económica de los países desarrollados son mucho mayores que los que pueden conseguir o gestionar los países en vías de desarrollo.

Por lo pronto, además de centrar su discurso sobre el combate a la corrupción como factor de impulso al desarrollo, Andrés Manuel tiene planeado hablar sobre el modelo de la 4T, cualquier cosa que esto signifique, a fin de que se conozca a nivel mundial esta alternativa y pueda ser de utilidad para quien en ello vea una salida a su situación actual, siempre y cuando no se moleste el jefe Diego.

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