La presidenta pide coordinación a AL ante los planes migratorios de Trump

El presidente electo de EU ha anunciado su intención de llevar a cabo la mayor operación de deportaciones en la historia del país norteamericano

La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, pidió este viernes “coordinación” a los países de Latinoamérica ante los planes migratorios del próximo mandatario de Estados Unidos, Donald Trump, tras una reunión el jueves de ministros y representantes de 10 países de la región.

“(Planteamos) estar en comunicación, en coordinación, para cualquier estrategia que se plantee desde el Gobierno del presidente Trump, entre los países”, declaró la mandataria en su conferencia matutina, que esta vez fue en Acapulco.

La gobernante mexicana apuntó que “ayer hubo una primera reunión con distintos países” en Ciudad de México, donde estuvieron ministros, viceministros y jefes de delegación de 10 países para integrar una estrategia conjunta ante las amenazas de deportaciones masivas de Trump.

A la reunión asistieron representantes de Belice, Brasil, Colombia, Cuba, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, México y Venezuela, de acuerdo con la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), y “hoy tendrán también una conferencia a distancia ya directamente los cancilleres y las cancilleres”, según Sheinbaum.

La presidenta destacó que ya comenzaron las “conversaciones para poder fortalecer la estrategia, por un lado, para evitar la migración a través de la cooperación para el desarrollo”.

“Y nuestra insistencia con el Gobierno de EE.UU. y de colaboración con todos los Gobiernos de Centroamérica y Suramérica para que pueda atenderse en su lugar de origen a las personas y que puedan tener acceso al empleo, a una vida segura, digna y justa en sus lugares de origen para evitar la migración”, agregó. 

Entre la incertidumbre y el déjà vu, la frontera de EEUU espera la llegada de Trump

Hace casi una década, tras las elecciones de 2016 en EE.UU., Ilse Hernández se fue a dormir esperando que los resultados que apuntaban a la victoria de Donald Trump no fueran definitivos. Ahora, con años de activismo y ante la posibilidad de que el republicano regrese a la Casa Blanca, siente que el ciclo se repite.

“No estoy sorprendida, pero sí un poco exhausta y desesperanzada de tantos ataques a nuestra comunidad”, señaló Hernández, beneficiaria del programa DACA, que otorga estatus legal a migrantes llevados a EE.UU. cuando eran menores y que Trump (2017-2021) ha prometido eliminar.

El presidente electo ha anunciado su intención de llevar a cabo la mayor operación de deportaciones en la historia del país, así como reducir drásticamente la entrada de migrantes y solicitantes de asilo.

Texas, con un gobierno alineado con Trump, está en el centro de esta transformación migratoria. Es el segundo estado con mayor población indocumentada y abarca casi dos tercios de la frontera entre EE.UU. y México.

El recuerdo del legado de su primer gobierno, en donde se obligaba a los solicitantes de asilo a esperar en México a que sus casos fueran procesados y se separó a padres y madres de sus hijos en los centros de detención para disuadir la migración, aún está presente.

Activistas y organizaciones en Texas y el norte de México se preparan para enfrentar dos grandes desafíos: la expulsión de personas indocumentadas ya integradas en la comunidad y las restricciones al movimiento para quienes buscan emigrar a EE.UU.

El albergue que regenta en el centro de McAllen (Texas) Norma Pimentel, religiosa de las Misioneras de Jesús, no ha dejado de recibir personas. En los últimos dos meses, a medida que se acerca el 20 de enero y el fin del Gobierno de Joe Biden, la afluencia ha aumentado, aunque la necesidad nunca ha cesado. “Para nosotros no es nada nuevo”, asegura. “Nuestra respuesta es ayudar al prójimo, y las puertas siempre están abiertas”.

Ante la inminente llegada de Trump, su organización ya se prepara para seguir recibiendo migrantes y apoyar a quienes puedan ser deportados.Pimentel trabaja con consulados y comunidades locales para garantizar que las personas estén preparadas en caso de deportación: organizan documentos, aseguran custodia para los hijos y proporcionan asistencia legal.

Texas es hogar de más del 15 % de la población indocumentada de EE.UU., quienes en promedio llevan más de una década en el país. En el condado de Hidalgo, donde se encuentra McAllen, unas 100,000 personas viven sin un estatus legal, según el Migration Policy Institute.

Texto y fotos: EFE