De acuerdo con la tradición, las almas descienden al mundo terrenal para ser honradas y celebradas
MANÍ.- Las celebraciones del Hanal Pixan han finalizado y el domingo se realizó el Biix, día en el que elaboraron los pibes al igual que se presentan ofrendas en las mesas de los altares en el que se ofrecieron a las ánimas las comidas tradicionales, los postres y las bebidas para que degustarán.
De acuerdo con la tradición y la creencia, los almas descienden a este mundo del plano terrenal para que sean honradas y celebradas por sus familiares aunque si alguna familia no recordó al familiar fallecido, otros lo podrán hacer con la oración del padre nuestro para darles también a ellos su ofrenda, dice la señora Berta María Celis Jiménez, de 90 años de edad, quien vive en Maní, uno de los municipios en el sur del estado en el que se vive y se continúa con las tradiciones de las celebraciones a los fieles difuntos.
Doña Berta María dice que las ánimas aún no se van, siguen en este mundo terrenal hasta el fin de noviembre para que las ánimas regresen al lugar de donde vinieron y será hasta el otro año en el que las ánimas regresarán.
Los muertos dicen al partir “hasta mañana”, lo cual en realidad es un día y no un año de acuerdo con el espacio-tiempo de los difuntos, según narra doña Berta Celis.
Ella abundó diciendo que en las celebraciones a las ánimas hay personas que no creen y en muchas ocasiones las ánimas se le aparecen, también se dice que en las celebraciones a los fieles difuntos se deben de cuidar a los niños para que no lo cargue algún aire, sobre todo cuando se les da la ofrenda, se debe cuidar que los altares con las ofrendas no entre nadie para que estén tranquilas las ánimas y puedan degustar.
El concepto de muerte entre los mayas es una dualidad y se presenta en tres planos: el celestial, este con 13 espacios, la tierra y el inframundo, éste con 9 espacios, Óoxlajuntik´ul y Bolontik´ul, esto generalmente representado por el árbol de la ceiba que hace mención a estos tres planos de la cosmovisión maya, a estos conceptos se le suma el sincretismo religioso del catolicismo que trajeron los españoles.
Texto y foto: Bernardino Paz Celis