Las películas no son para los fans

Por Gerardo Novelo 

Las películas no son para los fans. En serio. Ya se que les encanta decirlo y escucharlo en sus festivales y presentaciones estelares, y vivirlo en sus estrenos de medianoche, y ser portavoces de marca para promocionar esas franquicias que tanto aman, pero las películas simplemente no están hechas para los fanáticos. No son el mercado principal.

Va doble para los que se autoprofesan fans del material original. Nadie está haciendo películas de millones de dólares para lectores de cómics y libros que van a pedantear cada inconsistencia.

Eso no significa que no sean un mercado, evidentemente, pero el mayor sigue siendo la público en general, el que no está con tarjeta de crédito en mano esperando para comprar la preventa, el que no tiene los ojos pegados a la cartelera, el que no está muy seguro si ya vio toda la saga pero igual va, el que no ve la película más que como un entretenimiento de dos horas para rellenar una tarde de domingo.

No lo digo como queja, por cierto. Al contrario, lo digo en referencia a fanboys tóxicos que actúan como si lo que les gusta les pertenecieran, como si los creativos detrás de las películas estuviesen obligados a cumplir sus caprichos, como si hubiesen imaginarios sicarios de lo inclusivo (que ni ven las películas, obvio, no vayan a ser también fans) amenazando a los productores para que sean más diversos en género, piel y sexualidad aunque “nadie” lo pidió. Vamos, que es muy transparente que su “nadie” significa “yo no”. No tengan tan inflado el ego, porfa.

 

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