Con 235 ciudades evaluadas, la capital latinoamericana mejor calificada fue Buenos Aires, con un 3,13 puntos sobre 10. Mientras que la Ciudad de México, Lima y Bogotá ocuparon los lugares 5, 4 y 3 respectivamente de las 5 peores ciudades para conducir.
Waze, la app israelí adquirida por Google, tomó en cuanta seis factores para calificar: la frecuencia y gravedad del tránsito, la calidad de la infraestructura vial, los accidentes, los servicio en el camino (gasolineras y estacionamiento), la posibilidad de adquirir automóviles y el impacto del precio de la gasolina. Sin embargo, sólo fueron evaluadas las ciudades con más de 20.000 conductores con Waze.
Mientras la pequeña ciudad de Greensboro en Carolina del Norte (Estados Unidos) fue la mejor calificada con 9,39 puntos, las malas calificaciones de América Latina sólo fueron superadas por las ciudades de Yakarta y Manila (0.57 y 0.33 cada una).
¿Qué hace a las ciudades latinoamericanas tan caóticas?
Quienes vivimos en una gran y caótica ciudad latinoamericana sabemos que cruzar de una lado a otro es una proeza que requiere tiempo, paciencia y planificación.
No es casualidad que entre 20 y 50% de la población de las ciudades latinoamericanas viva en la periferia. Llámense favelas, barrios, villas o tegurios, a los asentamientos irregulares en las ciudades de América Latina que concentran a la población sin acceso a servicios básicos, con una situación ambiental precaria y lejos de los centros de trabajo.
Si bien, algunas ciudades tenían un trazo original moderno y ordenado (Buenos Aires es un gran ejemplo de ello), no estaban planeadas para soportar las necesidades y el tránsito de las miles de personas que llegaron con las migraciones y el crecimiento demográfico de las ciudades en la segunda mitad del siglo pasado.
Inevitablemente, las ciudades crecieron más de lo que se tenía contemplado, tanto, que esta región posee algunas de las urbes más grandes y pobladas del mundo: Sao Paulo, Ciudad de México, Buenos Aires y Bogotá, donde millones de personas se mueven diariamente hacía las zonas donde están concentrados los trabajos y servicios.
La situación no mejorará en el futuro. El Banco Mundial calcula que para 2030 el 60% de la población vivirá en una zona urbana ya que las ciudades crecen hoy a un ritmo de 180.000 personas diarias.- Hipertextual
