Pese a que tenía una rutina laboral cargada, ya que fue encargado de una tienda líder en ventas de telas, Lorenzo Gómez Pérez, conocido como “Lolo”, es de esas personas incansables que en sus ratos libres hacía de Santa Claus, el eterno rey del carnaval de la empresa San Francisco de Asís y en 1988, rey del Carnaval de Mérida.
“Lo que sucede es que como trabajé en la empresa San Francisco de Asís, teníamos que decorar las tiendas de acuerdo a las fechas del Día de la Madre, de la Independencia, de Navidad”, comentó, para luego mencionar que tenían que ser muy creativos, así que se les ocurrió en una Navidad disfrazar a un joven vendedor de un duende, que resultó en un éxito, por lo que enterado uno de los dueños, William Abraham, le consiguió un traje de Santa Claus en Estados Unidos, que a él le gustó tanto que optó el disfrazarse del personaje.
Recordó que cuando se lo puso, quería saber qué tan irreconocible era, por lo que fue con la esposa de Asís Abraham, Florita Mafud, quien no supo quien era, ya que la barba era espectacular y, además, él abrió más los ojos.
Añadió que luego que ella dio varios nombres y no daba con él, optó por quitarse la barba y ella le reviró, “tenía que ser Lolo, cómo no se me ocurrió”.
“Lolo” es un alud de ideas y creaciones, por lo que decidió alegrar a los niños que viven por su casa, por el barrio del Chembech, por lo que los pequeños por varios años recibieron dulces del viejito bonachón del Polo Norte. Para esta labor, así como la mayoría de sus encomiendas, contó con el apoyo de su esposa Margarita Soberanis Soberanis, quien se encargaba de hacer la horchata para todos los niños. “Varios años lo hice, en una ocasión hasta con un vehículo decorado con trineo que me prestó la tienda. Hace unos años regalé el traje a un vecino, que su hijo lo requería”, recordó.
“Lolo” de 82 años de edad y quien fue el encargado de las tiendas de San Francisco del ramo de las telas, desde que la tienda comenzó a participar en el carnaval él era el rey del Carnaval.
“Fue en 1980 que me dicen que hay que participar en el Carnaval, así que se diseñó el carro alegórico. Con los empleados decoramos una camioneta fue un castillo con sus almenas, tuvo una corona y el lema del ‘Reino del Ahorro’ en alusión a la tienda”, refirió.
Señaló que cada año los carros alegóricos tenían mejores diseños como buques, uno de los que más agradó a la gente es el de un tigre, donde él se paraba en su lomo. En una ocasión imitó a Vicente Fernández, que hasta un gobernador lo elogió por su voz parecida al “Charro de Huentitán”, pero le aclararon que Lolo sólo hacía la mímica, pero se sabía las canciones.
Recordó que conforme pasaban los años los carros alegóricos contaban con más adornos y estos topaban con los cables de alta tensión, ya que el carro se tenía que trasladar diariamente del centro al monumento a la Patria, donde iniciaba el desfile, por lo que usaban horquetas para mover los cables de alta tensión, mientras pasaba el carro alegórico.
“En los primeros desfiles el sonido que se utilizaba en el carro alegórico era mío, ya luego se rentó el equipo a Sonido Torres. El carro alegórico a Operadora Íntegra, allá sólo indicas lo que quieres, que para esto se requiere mucha creatividad”, indicó.
Fue así que en 1988, la organizadora del Carnaval Fey Colomé le indicó que él sería el soberano, pero de Mérida, él cual aceptó encantado. Incluso, años después lo propusieron en un homenaje que se realizó, el cual consistía que uno de los que había sido rey repitiera con el título de Embajador de la Alegría. Él quedó en esa terna, junto con Marcelo Sanguinetti “Jacarandoso” y Héctor Herrera “Cholo”.
Sin embargo, el tercero no aceptó porque tenía compromisos de trabajo y él ya no quiso porque sentía que con una vez estaba bien, así que “Jacarandoso” se convirtió en el “Embajador de la alegría”.
“Inicialmente se escogieron a 10, quedamos tres y el ganador resultó ‘Jacarandoso’. El público te gana, se entrega, grita tu nombre porque reconoce el tiempo que les has dedicado a esto, pero con una vez estaba satisfecho”, concluyó.
datos a destacar
– En la tienda de San Francisco de Asís trabajó para tres generaciones. En una ocasión, estando en su casa, le llegó un ahijado, al que no reconoció. Tiene 144 ahijados, de bautizos, bodas, de esta ciudad y de municipios.
– Lolo de 82 años de edad y quien fue el encargado de las tiendas de San Francisco del ramo de las telas, desde que la tienda comenzó a participar en el carnaval, él era el rey del carnaval.
– Recordó que conforme pasaban los años los carros alegóricos contaban con más adornos y estos topaban con los cables de alta tensión, ya que el carro se tenía que trasladar diariamente del Centro al monumento a la Patria, donde iniciaba el desfile.
Texto y fotos: Darwin Ail