Los charritos yucatecos, una de las botanas favoritas de la gente

Junto con los globitos, los bizcochitos y el queso de bola, los charritos son parte de los productos que más  consumen los que paisanos que residen en San Francisco y Los Ángeles, California, pero ¿ sabe usted cuál es el origen de esta que es la botana más representativa de Yucatán?

Al respecto, el cronista Rafael Gómez Chi, en sus textos delirantes nos platica que a ninguno de los fabricantes se le ocurrió documentar cómo inició la fabricación de esta sabrosa botana, pero comenta que hay dos personas ligadas a su origen, siendo una de ellas el señor Alfredo Sabido Domínguez.

Esta persona, que era originaria de Tixkokob, a su regreso de Estados Unidos donde trabajó como migrante, estableció a mediados de los años 50’s su domicilio en la Colonia Chuminópolis, donde fabricaba charritos, aunque, explica el cronista, nunca tuvo el interés de desarrollar una industria como tal.

También se menciona al señor Julio Torres, fundador de la empresa Torritos, como uno de los iniciadores en la producción de los charritos, eso también a principios de la década de los años 50, y debido a que trabajó en la galletera Dondé, cuando se independizó le permitieron llevarse una maquinaria con la condición de que no fabricara globitos, y elaboró charritos.

En Campeche, se menciona a don Edgar Antonio Richaud Ortiz como el fundador y creador de los charritos.

Otra de las marcas muy reconocidas de charritos en Yucatán, es botanas Herrera, que tiene más de 60 años de existencia, y que fue fundada por don Fernando Herrera González, quien según la página de la empresa, comenzó vendiendo longanizas hasta que llegó un momento en el que adquiría los charritos para llevarlos a vender al puerto de Progreso y otros lugares, siendo que hasta 1979 estableció su propia fábrica.

Y aunque en la actualidad hay una gran variedad de marcas que tienen diferentes consistencias y sabores, en Hocabá don Eduardo Pool, quien es conocido como “El papacito”, los elabora de forma tradicional, y hasta se ha convertido en un atractivo turístico, al grado de que apareció en la guía “365 Sabores” de la Secretaría de Fomento Turistico del Estado de Yucatán.

Don Eduardo aprendió esta receta cuando trabajaba en una fábrica de charritos años atrás, y cuyo proceso inicia con el amasado de una base de harina mezclada con sal y que se deja reposar por unos minutos para luego ser extendida y aplanada con un rodillo.

Posteriormente se deja secar, se corta en cuadritos y se fríe en leña hasta alcanzar una textura crujiente al momento de degustar, solo o si lo prefiere usted con su chile jalapeño y mejor aún con jamón y queso en cuadritos.

Datos a destacar

*A ninguno de los fabricantes se le ocurrió documentar cómo inició la fabricación de esta sabrosa botana

*En la actualidad hay una gran variedad de marcas que tienen diferentes consistencias y sabores

*El proceso inicia con el amasado de una base de harina mezclada con sal y que se deja reposar por unos minutos para luego ser extendida y aplanada con un rodillo. Posteriormente se deja secar, se corta en cuadritos y se fríe en leña hasta alcanzar una textura crujiente al momento de degustar

* En Campeche, se menciona a don Edgar Antonio Richaud Ortiz como el fundador y creador de los charritos

Texto: Manuel Pool

Fotos: Gerardo Castillo