Mediocridad

Armando Escalante

Periodista y analista político

En la primera gira que hizo con el presidente López, la señora que se robó las elecciones —según cientos o miles de testimonios en redes sociales—, hubo un grave accidente que dejó como saldo una persona muerta y cinco heridas.

Fue el viernes pasado en la carretera Sabinas-Monclova, Coahuila donde además hubo otros lesionados entre los guardias militares del Estado Mayor que sigue sin desaparecer.

El convoy que escoltaba a la señora de apellido extranjero, mató a una mujer cuando ellos, los de la avanzada, circulaban con exceso de velocidad. Como era de esperarse, la exjefa de gobierno se bajó para la fotografía de rigor mientras su equipo de prensa difundía que ella fue la que giró instrucciones para que se les atienda a los lesionados. Como si no fuera un acto jurídico que obliga al Estado.

La mayor parte de los medios nacionales dieron la noticia del trágico percance en forma totalmente tímida, escueta, sin mayores aspavientos ni más detalles. Como saben hacerlo, los comunicadores “nacionales” ya se alinean y siguen al pie de la letra ese vergonzoso arte de callar y someterse ante el gobierno. Nada que no hayamos visto antes.

En otro tema siempre de sumisión, a muchos nos sorprendió el gusto que les causa a los anti cuatroteros, ver sumergido a Chetumal y a otros lugares del país —donde se votó al 100% por el partido del presidente—, totalmente sumergido en agua, clamando por ayuda ya que sus malos gobiernos morenistas ni caso les hacen. No debe sorprendernos pero el malestar contra los que pidieron continuidad, los va a acompañar muchos años. En la calle millones sienten que esos que votaron por el segundo piso, se merecen todas las desgracias que les vendrán encima.

Y hablando de desgracias, estamos a escasos dos meses y días de que el peor escenario que podíamos sufrir, nos caída encima en el estado, al comenzar la devaluación del ejercicio del poder en el Estado. En detrimento de Yucatán, el que viene será un gobierno populachero, de esos que rompe lanzas y que abarata el ejercicio del poder mediante el reparto de dinero sin el mayor pudor. Se irán al diablo las obras que iban a llevar a todos los rincones la modernización y por ende se va depauperar el ejercicio de la administración. El reparto de centavos les va a alcanzar para el aplauso fácil, mientras se cuelgan pasacalles de colores y se aplaude al pequeño emperador. La mediocridad se impone. Total, es la misma “ninia de los logotipos” la que armará el tinglado, Disfruten lo votado.

El xix.— Buena parte de los políticos, hasta los más avezados, terminan “bebiendo agua” como se dice coloquialmente. Hasta los más valientes terminan doblados. ¿Cómo no sucederá lo mismo con prestigiados periódicos que otra vez van a intentar que los metan al presupuesto con millonarios recursos para no repetir el numerito de pasarse cinco años y medio atacando al gobernador en turno porque les dieron menos dinero del que creen que valen? A que si.