Las tasas de mortalidad en pacientes con cáncer de mama en México se deben en buena medida a la falta de políticas públicas que prevengan la enfermedad y a la ineficiencia del Sector Salud para atender a los pacientes, de acuerdo con especialistas.
En el marco del Mes de Sensibilización sobre el Cáncer de Mama, ayer, durante el Foro “Conociendo las necesidades de las pacientes con cáncer de mama metastásico”, diversos especialistas precisaron que el cáncer de seno no está siendo correctamente atendido y por ello para este año se prevé un aumento en las tasas de mortalidad de esta enfermedad en comparación con el 2012.
Mientras en aquel año morían 15 mujeres por cada 100 mil personas, ahora lo harán 16.5.
En la disertación de un estudio realizado en 885 pacientes, la investigadora del Incan, Karla Unger-Saldaña, expuso que contrario a lo que comúnmente se piensa, las mexicanas sólo tardan 10 días en buscar ayuda, una vez han percibido que presentan alguna anomalía en el seno.
Sin embargo, a diferencia de Estados Unidos y Gran Bretaña, donde el intervalo de tiempo entre el diagnóstico y el tratamiento oscila alrededor de un mes y medio, en México las mujeres esperan hasta 7 meses para recibir tratamiento. Y esto se debe a la falta de agilidad del Sector Salud.
“Tardamos muchísimo en lo que un paciente va siendo referido de una instancia a otra”, dijo Unger. Se estima que la tasa de incidencia de cáncer de mama en el país es de 20.5 por cada 100 mil mujeres.
Y de las mujeres que desarrollan el cáncer sólo el 2 por ciento recibe un diagnóstico oportuno, es decir en las primeras etapas de la enfermedad, afirmó el Subdirector Nacional del Programa de Cáncer de Mama, Julián Palomares Trejo.
Detectar el cáncer de mama a tiempo es crucial para salvarse, apuntan los médicos, y no se está logrando a tiempo en la República. Este cáncer inicia con el crecimiento anormal de las células que recubren los ductos que llevan la leche, o en los lobulillos que la producen.
La detección tardía de cáncer en mujeres es preocupante dijeron varios presentes en el Foro, en especial porque los esfuerzos del Gobierno parecieran están mal enfocados, como es el caso del empleo que se le da a las mastografías de tamizaje.
A diferencia de la mastografía de diagnóstico, que son para personas de las que se sospecha que pueden tener cáncer, el tamizaje se aplica en mujeres que son aparentemente sanas con el fin de prevenir la enfermedad.
Unger cuestionó seriamente este esfuerzo que lleva a cabo el Gobierno, ya que, de acuerdo con estudios internacionales, esta política pública no se adapta a las características de México.
Otro aspecto de esta problemática, apuntó la doctora, es que del 10 por ciento de los casos que presentan normalidad, la gran mayoría no serán corroborados por estudios posteriores.
Con datos de la Secretaría de Salud (SSa), Unger detalló que el equipo de mastografías con el que cuenta el Gobierno está subutilizado en un 60 por ciento.
“Con la capacidad instalada de mastógrafos podríamos tener una cobertura del 37 por ciento del tamizaje [o de personas que debieron realizarse la prueba], sin embargo, sólo utilizamos el 40 por ciento de esa capacidad instalada que tenemos y con eso logramos un tamizaje del 15 por ciento”.
De acuerdo con un estudio del año pasado hecho por la SSa y el Instituto Nacional de Salud Pública, al menos 3.5 millones de mujeres deberían ser evaluadas, pero el Gobierno sólo ejecuta alrededor de 500 mil mastografías.
El propio Palomares tuvo que reconocer que este esquema sólo funciona cuando se evalúa al 70 por ciento de la población. Y amplió sobre el estado en el que se encuentran varios de estos mastógrafos.
“Tenemos alrededor de 754 mastógrafos en todo el país y se cree que en este año aumentaron un poco más. Los equipos que tenemos de mastografía deben tener tratamiento correctivo, como los autos, porque si no decae la eficiencia del equipo. Qué sucede, a veces compran el equipo lo tienen ahí y no hay quien les haga control de calidad a esos equipos. [Ahora] Nosotros tenemos un programa de control de calidad para que se les haga un diagnóstico oportuno”, quiso recalcar el funcionario.
Vista esta realidad, Unger insistió en que ese presupuesto que el Gobierno gasta en tamizajes debería ser utilizado en campañas de concientización y capacitación de personal médico de primera instancia, que de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud es la primera medida en países en vías de desarrollo como México.
Por su parte, Bertha Aguilar de García, presidenta de la Asociación contra el Cáncer de Mama A.C. (Cimab) recalcó que siguen siendo los esfuerzos de concientización los que tienen mayor efectividad para prevenir el desarrollo de este cáncer.
“La autoexploración sigue siendo la primera opción, las empoderamos para que conozcan su cuerpo, y les insistamos a que regresen a los estilos de vida saludables, que es lo que sí podemos controlar, el no fumar, el comer sanamente, visitar un médico por lo menos una vez al año, y sí finalmente la mastografía a partir de los 40″, finalizó.- Sin Embargo