El piano ha sido su mayor confidente para crear obras que han repercutido en otros países; destacan su Himno a San Miguel Arcángel y un Ave María
Roberto Abraham Mafud comenzó a estudiar música desde los 14 años, compuso la mayor parte de sus obras antes de una tragedia familiar hace 25 años, pero ahora vive una nueva etapa de inspiración, en la que sus obras se han presentado (y estrenado) en Austria, Italia y otras partes del mundo, incluido todo México.
Se inspira y compone para piano, pero arreglistas austriacos, italianos y mexicanos han logrado que sus obras se interpreten por duetos, orquestas de cámara y sinfónicas en Europa y México.
La obra musical de Roberto Abraham Mafud vive una nueva etapa a partir de que sus composiciones originales fueron adaptadas a otros instrumentos, como la guitarra, instrumento favorito de los yucatecos, por aquello de la trova y de la que ya tiene piezas listas para su estreno.
Entre su música destacan un himno a San Miguel Arcangel y un Ave María que no se ha estrenado, pues realiza las gestiones para que se haga en Puebla, en la Capilla del Rosario, que es su favorita de todo México.
¿En qué momento musical se siente?
Está fantástico, llegó el momento de mi vida de presentar las diferentes fases de la música, todavía faltan las Arias y las canciones. He compuesto en los últimos años himnos, un Ave María.
¿Por qué el Ave María?
Se originó antes del covid, yo tuve dos sobrinos muy enfermos y esta se le ofreció a la Virgen; una señora que ayudó mucho a mis sobrinos me decía que lo haga, mi madre también, ahorita que lo terminé, ya estamos con el covid y ya tiene doble sentido, es mi agradecimiento a la Virgen María, y el otro es que haya un acercamiento de la gente, que vuelvan a rezar, porque es un Ave María mexicana, un acercamiento a la virgen de Guadalupe. No permití que se estrene en Viena o Italia, sino que sea en México. La fecha es en enero o febrero, sería en Puebla porque la Capilla del Rosario es mi iglesia favorita, es la que más me gusta de México por eso hice la petición.
Cuéntenos, ¿cómo llegó este momento?
Estoy sacando obras, revisando, editando, ya algunas son antiguas, otras nuevas. Se hizo un concierto para guitarra y flauta que el Dueto Ocean de Italia vino a tocarlas a Mérida, con arreglo de ellos, porque yo compongo para piano. Ese concierto se dio en agosto en el Palacio de la Música.
Posteriormente, a fines de septiembre se hizo un concierto con 22 invenciones de piano, estas invenciones tienen algunos detalles especiales, se grabó para Spotify en frecuencia 432 hertz en lugar de 440 hertz. Es una frecuencia un poco diferente. Es una secuencia que se hizo con el fin de crear un ambiente de paz espiritual, para que te ayude a meditar, para que te ayude a la respiración. Es una obra que tiene ese doble objetivo, aparte la belleza musical es el objetivo de una frecuencia especial, de una vibración musical más elevada y por eso se grabó en 432, y por ello se hace un álbum de 22, para que la gente lo puede escuchar seguida, una tras otra.
¿Se estrenó mundialmente una obra en el Peón Contreras?
El 10 y 12 de septiembre me tocó mi primera obra ya con arreglos para orquesta sinfónica, que es la Pieza Vienesa, de hecho, ya me hicieron dos arreglos. Un arreglista de Viena hizo el primero que se estrenó en la Sinfónica de Yucatán. La segunda se va a estrenar en la sinfónica del Estado de México próximamente. Y bueno, ya tengo 10 piezas que tienen arreglo para orquesta de cámara, que se tocan seguido en el Olimpo.
¿Cómo comenzó su carrera?
Yo estudié en Viena desde los 19 años y en Boston, tenía la música desde joven, hacía mis piezas clásicas, pero después de la muerte de mi hermanita dejé el piano y la música, que por más de 25 años se quedó en el baúl de los recuerdos. Mis hermanos y mis amigos me obligaban a retomar la música, eso fue por ahí del 2012 y 2013. De repente llega una orquesta de Viena, con el director de la Universidad de Música de Viena a tocar, y me pidieron prestado una pequeña haciendita que tengo en Motul y ahí dieron un concierto. En agradecimiento me dieron un concierto en mi casa y el director de la universidad me pidió tres piezas, que me la presentan con arreglos de orquesta de cámara hecho por arreglistas de la Universidad de Viena y me dan el regalazo de presentarlas como premier mundial en el Palacio de Shömbrum (Viena, Austria).
¿Y volvió a la música?
La verdad es que todo eso que sucedió con la orquesta de Viena y la escuela de Viena, yo dije que no puedo negar que es un llamado para que rescatara toda mi música que estaban en casetes viejos, llenos de ruidos, disparejas, tuve mucha gente que me ayudó a pasarla a digital, a transcribirlas, este fue todo un proceso en 2015 hasta que finalmente hice las presentaciones. Si no fuera por ese suceso que llegó Viena a mi casa y la presentaron en Shömbrum, la verdad yo no hubiera reaccionado y mi música seguiría guardada.
¿Está dedicado a la música?
Siempre es un hobby, lo que pasa es que ya le dedico dos tardes a la semana y tengo gente que me ayuda. Me ayudan mucho, Russel Montáñez y Jorge Piña, me ayudan muchísimo a revisar todo.
Texto y foto: Esteban Cruz Obando