Miles de ojos al cielo peninsular

Miles de familias no dejan pasar la oportunidad de disfrutar de este regalo de la naturaleza en diversos espacios tanto de la capital yucateca como en el interior del estado, zonas arqueológicas y puertos

Aunque el día comenzó nublado, miles de personas disfrutaron ayer del eclipse anular de Sol que se pudo apreciar en la Península, especialmente en la franja comprendida en el sur poniente del estado de Yucatán.

De acuerdo al meteorólogo de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady), Juan Vázquez Montalvo, la nubosidad fue ocasionada por la entrada de humedad del océano Pacifico y el viento del sur, y estas condiciones impidieron que se apreciara en toda su plenitud el eclipse, por ejemplo, en el puerto de Sisal, donde justo en el momento en que se completaba el “aro de fuego”, una nube cubrió la escena por unos segundos.

Algo que es importante destacar es que, de acuerdo al ingeniero Vázquez Montalvo, quien observó el fenómeno en la zona arqueológica de Chen Ho, en el Fraccionamiento del Parque, cuando la luna se sobrepuso al disco solar, la temperatura bajó 1.3 grados, al pasar de 33.3 a 32 grados Celsius, pero la sensación térmica se mantuvo en 50 grados.

“En cuanto a la radiación ultravioleta se mantuvo en 6.5 unidades, mientras que la radiación solar también se quedó en 946 watts por metro cuadrado”, destacó el entrevistado, quien subrayó que en este lugar ubicado en el Fraccionamiento del Parque, se vivió un buen ambiente, ya que para amenizar la ocasión llegó desde Chile un grupo de música electrónica.

Hubo mucha animación, y las familias aprovecharon para llevar su comida y hacer su picnic en las amplias áreas verdes, mientras que otros subían a las pirámides para observar el fenómeno, para lo cual adquirieron sus lentes especiales que en este lugar se ofrecieron a 100 pesos.

La Sociedad Astronómica instaló, al igual que en otros sitios de la ciudad como en el Instituto Tecnológico de Mérida (ITM), telescopios con sus filtros para observar de manera segura el fenómeno, que despertó el interés de la ciudadanía en general, y en especial de los niños, que vieron que, en el momento cumbre, como se encendieron las lámparas del parque, debido a que cuentan con sensores que se activan por la disminución de la luz solar.

En las instalaciones del ITM se reunieron alrededor de mil 500 personas que hicieron largas filas para utilizar los telescopios que se instalaron, mientras que el astrónomo yucateco Eddie Salazar Gamboa ofreció una charla en la que abordó el tema de los eclipses en la historia, y en este sentido, recordó el que se suscitó al momento en el que Jesucristo fue crucificado.

“Se trató de un eclipse parcial que ocurrió el 3 de abril del año 33 a las tres de la tarde, y que hizo oscurecer el día y que la luna tomara un color rojizo”, detalló el especialista, quien recordó que desde la antigüedad este fenómeno se ha relacionado con guerras, sequías y la muerte de reyes, y en este tiempo coincide con la sequía y las altas temperaturas que se registran en la zona, así como con la guerra que sostiene Israel con Palestina.

Hasta este centro de estudios llegaron familias algunas procedentes de Jalisco y de otras entidades que se prepararon desde hace meses para venir a Yucatán, debido a que se informó con antelación que sería de los mejores lugares para observar el fenómeno en todo su esplendor. De hecho, un jovencito recibió como regalo de cumpleaños estar presente en el eclipse.

Otro de los lugares que como parte del Festival del Eclipse se habilitó para que el público apreciara este fenómeno astronómico con telescopios y lentes especiales fue la Universidad Tecnológica del Poniente en Maxcanú, mientras que en Tekax las autoridades municipales manifestaron que  la asistencia estimada fue de alrededor de mil turistas locales e internacionales.

Uno de los mejores puntos para ver el eclipse fue la población de Pomuch, en el vecino estado de Campeche, lugar al que llegaron con sus telescopios y cámaras alrededor de 350 personas, desde la Ciudad de México y otras urbes del centro del país.

Reunidos a las puertas del atrio de la iglesia, los visitantes, en su mayoría fotógrafos,  observaron que poco a poco se forme el “anillo de fuego”, sin duda una experiencia sin igual, aunque por momentos las nubes hacían su aparición.

“Vino mucha gente de la Ciudad de México, el Estado de México y hasta de Torreón, Coahuila, que llegaron en excursión decidiéndose a llegar a Pomuch por su ubicación geográfica que la colocó como de las más privilegiadas para ver el fenómeno, que fue espectacular”, comentó el artista visual Esdras Castillo Valencia, quien amablemente nos compartió algunas imágenes que captó justo al momento en el que se formó el “Anillo de Fuego”.

Desde las 9 de la mañana se comenzaron a instalar en la explanada de la iglesia principal los telescopios y equipos fotográficos, mientras que en el interior del templo se celebraba un bautizo.

Poco a poco los lugareños se fueron acercando para sumarse a la observación, para lo cual se les facilitó a los pequeños los lentes especiales para ver aunque sea por unos momentos el eclipse, mientras que no faltó quien portara su máscara de soldador para ver este regalo de la naturaleza

Muchos artistas visuales aprovecharon para visitar el panteón, ya que en esta población se realiza en estos días la tradicional limpieza de huesos y, por supuesto, para degustar un sabroso “pan de pichón”.

Desde la pirámide Kinich Kak Moo de Izamal

Una de las sedes especiales para ver el eclipse fue Izamal, en donde más de mil visitantes y turistas disfrutaron del fenómeno astronómico en la cima y explanada de la gran pirámide maya, Kinich Kak Moo.

Para que el paso del eclipse fuera más espectacular, las autoridades estatales y municipales organizaron una cartelera cultural y de entretenimiento que formó parte del Otoño Cultural 2023 y que concluye hoy en pleno centro de la población, que preside Warnel May Escobar.

Todo comenzó a las 9 de la mañana con una ceremonia maya encabezada por el sacerdote maya Tiburcio Can May, quien destacó la grandeza que alcanzó la cultura maya.

“Es un eclipse que trae energía negativa y positiva, pero con la ceremonia maya pedimos permiso y veremos si eso ayuda a nuestra Madre Tierra”, dijo don Tiburcio Can, conocido X’men yucateco, de 64 años.

Recordó que hace 52 años se vio un eclipse parecido al de ayer, pues no fue total, contrario al de 1991 que oscureció la zona de influencia, también en el sureste de México.

De allí se trasladaron todos a la pirámide Kinich Kak Moo y ocuparon sus lugares para esperar el momento cumbre en el que la Luna se interpuso entre la Tierra y el Sol, lo que formó el llamado “anillo de fuego”.

Y es que Kinich Kak Moo fue el escenario perfecto para disfrutar del eclipse que se pudo apreciar bajo 42 grados de temperatura, con presencia de más de mil personas, entre vecinos y turistas nacionales e internacionales, que se dieron para apreciar el fenómeno natural, dejando a los niños y adolescentes sin aliento.

Cuando el Sol y la Luna casi se cubrieron se apreció una leve penumbra, momento que el  “anillo de fuego” era contemplado por la gente, con lentes de protección.

Llamó la atención que en ese momento, bajo los árboles, la sombra proyectada era de ciento de “mini lunas”, que incluso daban la impresión de ser cientos de ovejas enfiladas.

Esto ocurrió entre las 11:20 y 11:30 horas, cuando se pudo apreciar en casi el 95% el eclipse anular.

“Pues tenemos que agradecer a los turistas y habitantes del municipio, pues, cómo ves, la gente respondió a nuestro llamado. El eclipse fue un pretexto para darle a los izamaleños y visitantes varios espectáculos de forma gratuita”, manifestó May Escobar, primer edil de Izamal.

El Festival del Eclipse concluye hoy domingo con una demostración de “descamisados”, una típica comida del lugar, a las 10 horas.

Texto y fotos:

Manuel Pool/Esteban Cruz