Miles de rusos se despiden de Navalni en claro desafío a Putin

¡No tenemos miedo! ¡No perdonamos! ¡No a la guerra!, corean los asistentes a los funerales, entre los que algunos se atreven a gritar ¡Putin, asesino!

Decenas de miles de rusos se despidieron del líder opositor, Alexei Navalni, que fue enterrado el viernes en Moscú, en una clara muestra de desafío al que sus partidarios consideran responsable de su muerte hace dos semanas en prisión, el presidente, Vladímir Putin.

“¡No tenemos miedo! ¡No perdonamos! ¡No a la guerra!”, coreaban los asistentes a los funerales, entre los que algunos se atrevieron a gritar “¡Putin, asesino!”.

Las colas para despedirse de Navalni se extendían por varios kilómetros, escenas que no se veían en este país desde hacía muchos años. En previsión de una muestra de afecto tan multitudinaria, la iglesia ortodoxa de Máriino amaneció rodeada por un cordón policial sin precedentes integrado por cientos de agentes del orden.

“Los rusos están despertando de su letargo”, comentó a EFE una pensionista, que añadió al oído del reportero: “Puede ser que yo tenga ya 74 años, pero si hace falta voy a las barricadas”.

Un mar de claveles por Navalni

Fue una jornada pacífica -solo hubo unos pocos detenidos-, ya que en este país el monopolio de la violencia lo tienen desde hace muchos años las autoridades, más aún cuando se trata de los enemigos del Kremlin, sean opositores al régimen o partidarios, como Yevgueni Prigozhin, muerto en agosto pasado en una misteriosa catástrofe aérea. “Es un suceso realmente trágico para los millones de rusos que le apoyaban. Y no solo en Rusia, sino en todo el mundo (…) Mientras más gente supere el miedo, más oportunidades tendremos de que Rusia sea pacífica y libre”, señaló a EFE frente a la iglesia Boris Nadezhdin, político que se opone a la guerra en Ucrania.

Nadezhdin, cuya candidatura a la Presidencia ha sido denegada por las autoridades, añadió: “Teníamos un objetivo en común, que la democracia triunfase y que Rusia se convierta en un país normal”.

Cuando sonaron las campanas, la gente levantó sus claveles rojos en honor de Navalni. Sólo unos pocos cientos asistieron a la capilla ardiente, pero decenas de miles acudieron hasta últimas horas del día al cementerio de Borísovo, algo que pidió expresamente la madre.

Muchos no podían contener las lágrimas. Otros clavaban literalmente las flores y las velas en la nieve. No sólo eran jóvenes, que no conocen otros presidente que Putin, sino había muchos adultos y ancianos “hartos” del actual jefe del Kremlin.

“Mucha gente apoyaba a Navalni, mucho más de los que están aquí. Queríamos otro futuro y depositamos nuestras esperanzas en que se convirtiera en presidente de este país”, comentó a EFE Masha, una mujer de 55 años.

La viuda, Yulia Naválnaya, no emuló a su marido -que fue apresado en 2021 tras volver a Moscú- y prefirió atender los sabios consejos de sus correligionarios. No regresó a Rusia para asistir al sepelio, al igual que sus hijos. 

“Gracias por 26 años de felicidad absoluta. E incluso durante los últimos tres años de felicidad. Por tu amor, por tu apoyo, por hacerme reír incluso desde la cárcel, por pensar siempre en mí”, escribió Naválnaya en la red social X.

Texto y foto: EFE