Museo Soumaya de la fundación Carlos Slim presenta colección de naturaleza estática en el Olimpo

Con la difícil meta de superar los 50 mil asistentes que registró la exposición de Pablo Picasso, el Museo Soumaya de la Fundación Carlos Slim presentará en el Centro Cultural de Mérida Olimpo la exposición Entre la vista y el gusto, que es una selección inédita de 41 obras que indaga en el género de la naturaleza muerta o estática, desde el siglo XVI hasta los ejercicios estilísticos de la Modernidad.

En conferencia de prensa realizada en la Videosala del Olimpo, el director de Cultura del Ayuntamiento de Mérida, Irving Berlín Villafaña, señaló que están muy contentos porque se concretó la exposición y están seguros que se ubicará entre las más visitadas ya que la de Picasso alcanzó los 50 mil y Yibrán Jalil (30 mil).

“Seguimos buscando muestras, colecciones, que los yucatecos tengan más aprecio por la cultura y para ellos organizamos festivales”, dijo.

Acompañado del director del Museo Soumaya, Alfonso Miranda Márquez; de la curadora del museo, Francesca Conti y la regidora de Cultura, Alice Patrón Correa, Berlín Villafaña dijo que se busca la sensibilidad artística de los yucatecos.

Miranda Márquez indicó que con la exhibición se muestra la forma de pintar alimentos encuentra en la historia extraordinarios ejemplos, desde alegorías, escenas religiosas, costumbristas y sofisticadas mesas barrocas hasta convertirse en un ejercicio de exploración vanguardista.

Constantes en todas las culturas, los alimentos suscitaron interés tanto por su sabor como por su estética: una invitación a detener la mirada sobre cada detalle y degustar con los ojos. Con la comida como sujeto, Entre la vista y el gusto es una oportunidad para reflexionar sobre aquella exploración que revolucionó el arte.

Articulada en un orden temático-cronológico, la muestra reúne el trabajo de más de 20 artistas a partir de un homenaje a la pintura flamenca y posteriormente se concentra en los desafíos plásticos de las Vanguardias con la obra de Maurice de Vlaminck, André Derain, Georges Braque y Giorgio de Chirico, entre otros. Destacan los pinceles femeninos de Eva Gonzalés, Marie Laurencin y Tamara de Lempicka. También se aprecia el trabajo del artista ucraniano Alexander Alexandrovich Osmerkin (1892-1953) con la obra Naturaleza muerta con botellas (1927).

La exhibición da cuenta de las variantes que asumió el tema: desde alegorías, símbolos tanto religiosos como morales y escenas costumbristas hasta animales, frutas, hortalizas, vinos y postres que se insertan en composiciones de gusto clásico, para dialogar con aquellas que reflejan la búsqueda de nuevas estructuras y gamas cromáticas.

El término “bodegón” refiere a las imágenes de cocina o “bodegas”. En francés “Naturaleza muerta” sustituyó “vida tranquila”.

Conti señaló que se llama Naturaleza muerta, pero luego optaron por cambiarle a Naturaleza estática porque tenía mucha vida y fuerza pictórica. “El tema de las vanitas gozó de particular fortuna durante el Barroco. Este subgénero de la Naturaleza muerta se caracterizó por una fuerte carga simbólica que estimulaba la reflexión sobre la caducidad de la vida y el carácter efímero de los placeres mundanos”.

Miranda Márquez dijo que las tablas de los cuadros requieren ciertas características porque algunas datan del Siglo XVI por lo que la temperatura debe oscilar entre los 19 a 21 grados Celsius y la iluminación es muy baja, “se tiene un equipo de restauración, ya que se busca que las pinturas tengan el menor deterioro”.

También se indicó que se realizarán talleres en donde se buscará que los alumnos noten la influencia de la comida en el arte, “contrario a la gente que cocina que suele guardar el secreto que le da el toque, con el taller se busca estar mostrando que sería todo lo contrario que guardar ese secreto impide que se conserve esa receta”.

La exposición se inaugurará el viernes, aunque estará abierta a partir del día siguiente y hasta noviembre.

 

 

TEXTO Y FOTO: DARWIN AIL