Nueva lucha por el anillo de cenotes

Habitantes de Homún buscan que la justicia federal otorgue ese reconocimiento a dichos cuerpos de agua, a fin de protegerlos de la contaminación, del uso de agrotóxicos, pesticidas y de las industrias porcícola y avícola

Habitantes del municipio de Homún presentaron ante autoridades federales y estatales una solicitud para que los cuerpos de agua que conforman la Reserva Geohidrológica Anillo de los Cenotes sean reconocidos como Sujetos de Derecho.

La petición se fundamentó en los avances del Derecho internacional y del movimiento de los derechos de la naturaleza, pero surge como respuesta al grave problema de contaminación, ocasionada por el uso de agrotóxicos y pesticidas, así como la operación de las industrias porcícola y avícola, la falta de planeación estatal para el manejo de las aguas residuales y las grandes concesiones de explotación de agua.

Esta solicitud busca que se reconozca la importancia de los cenotes, se proteja el agua y la vida que albergan, y que las autoridades adopten las medidas necesarias para lograr este objetivo, reconociendo que los pueblos mayas deben ser los que tutelen estas acciones, pues los cenotes se encuentran en su territorio y han desarrollado una profunda relación con ellos.

El anuncio de esta solicitud se realizó ayer jueves 17 de febrero, durante la mesa panel “Derecho al agua según los estándares internacionales de la ONU”, del Seminario Internacional Permanente denominado “El Derecho Humano al Agua y la Libre Determinación de los Pueblos Indígenas”.

Al dar la bienvenida al evento, que contó con la participación de Pedro Arrojo Agudo, Relator Especial de la ONU sobre los derechos humanos al agua potable y al saneamiento, el asesor legal sénior de la Fundación para el Debido Proceso, David Lovatón, dejó en claro que, para los pueblos indígenas, el acceso al agua está estrechamente relacionado con el control sobre sus tierras, territorios y recursos, por lo que la falta de reconocimiento y protección impide su disfrute de este derecho.

“Se trata de un recurso importante, no sólo en el ámbito de la naturaleza, sino también para la cultura maya que hoy está amenazado por las fuentes de contaminación”, apuntó.

Seguidamente, el oficial de la Oficina del Alto Comisionado de la ONU en México, Bernardo Serrano, destacó que el derecho al agua y su saneamiento conecta con el derecho al ambiente sano y la salud, y que en México hay casos documentados que involucran a pueblos indígenas que, en libre determinación, se unen para proteger, administrar y disponer del agua en sus tierras y territorios.

“Ejemplo de ello son los yaquis en Sonora, los zapotecas en Oaxaca y los mayas en la Península de Yucatán, que luchan para defender sus cenotes, millas y apicultura y que han obtenido resultados admirables que pueden ser lecciones valiosas para otros procesos similares”, indicó.

Y en este sentido recordó que, por acciones deficientes, megaproyectos tanto públicos como privados se imponen sin consentimiento previo, libre y bien informado, a pueblos y comunidades indígenas que, ante la defensa de sus recursos, son señalados de frenar el desarrollo cuando sus propias necesidades no han sido atendidas, y que sufren la mayoría de los impactos, pues son amenazados y hasta terminan criminalizándolos.

Al respecto, la abogada del equipo Indignación, Lourdes Medina Carrillo, expresó que el consumo de agua en los últimos 100 años se ha incrementado en un 40 por ciento, seis veces más rápido de lo proyectado.

“En esto tiene que ver además el crecimiento demográfico mientras que a las aguas residuales no se le da tratamiento para reducir impactos significativos”, abundó la abogada, quien recalcó que a tal grado ha llegado la contaminación del acuífero maya que, en tres municipios del sur del estado, Tekax, Oxkutzcab y Dzan, se ha detectado la presencia de 69 agroquímicos, entre ellos cinco plaguicidas prohibidos y restringidos.

De acuerdo a estudios de universidades públicas, lo anterior ha ocasionado la aparición de más casos de cáncer de útero en las mujeres mayas, detalló la abogada Medina Carrillo, quien también habló de la lucha que se emprende en Campeche en contra de la deforestación masiva para sembrar palma africana genéticamente modificada.

En el vecino estado las tasas de contaminación por cada cien mil habitantes son las más altas, recordó la ponente, quien manifestó que entre las muchas fuentes de contaminación se encuentra el desarrollo de vivienda no planeado y las industrias porcícola y avícola. En el caso de Yucatán hay unos 20 pueblos indígenas que, de acuerdo a la organización Greenpeace, ya resienten afectaciones.

“Por la política de extraer y explotar la industria del agua, en los últimos 15 o 20 años ha disminuido hasta en un 40 por ciento la disponibilidad media anual’’, subrayó.

Finalmente,  Maribel Ek Can, guardiana de los Cenotes de Homún, afirmó que, para los mayas, los cenotes significan un lugar de mucho respeto, sagrados, que se deben cuidar, proteger y valorar, por lo que la presencia de granjas porcícolas representa una amenaza que tarde o temprano producirá daños por la filtración de aguas contaminadas al subsuelo.

El documento fue presentado la semana pasada ante el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador; la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat); la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa). También se dio a conocer al gobernador del estado, Mauricio Vila Dosal; a la Secretaría de Desarrollo Sostenible (SDS), y a la presidenta municipal de Homún, Sandra Marisol Góngora Salas.

Texto y fotos: Manuel Pool Moguel