El papa Francisco reapareció este Domingo de Resurrección para impartir la bendición Urbi et Orbi, tras ausentarse en los ritos de Semana Santa por su recuperación de neumonía bilateral. Desde la basílica de San Pedro, ante 50 mil fieles, el pontífice —en silla de ruedas pero sin oxígeno— condenó la “carrera de rearme” global y exigió destinar recursos a combatir el hambre.
En su mensaje, pidió:
- Cese al fuego en Gaza: “Liberen rehenes y ayuden a la gente hambrienta”.
- Paz en Ucrania: “Una solución justa y duradera”.
- Fin de la violencia en África: Mención a Sudán, Sahel y República Democrática del Congo.
- Diálogo en Armenia-Azerbaiyán y los Balcanes.
Criticó los ataques a hospitales y operadores humanitarios, y alertó sobre el antisemitismo creciente. Tras el discurso, sorprendió al recorrer la plaza en papamóvil, bendiciendo a niños pese a sus dificultades de movilidad.
Horas antes, recibió al vicepresidente de EU, JD Vance, para un saludo pascual. Francisco, quien pasó 38 días hospitalizado, insistió: “La paz no es posible sin desarme”.
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