El papa León XIV abogó por la compasión como “camino” hacia una “auténtica fraternidad” sin muros y cercana a los problemas del prójimo, en su primera misa pública en sus días de descanso en Castel Gandolfo.
“Ver sin pasar de largo, detener nuestras carreras ajetreadas, dejar que la vida del otro, sea quien sea, con sus necesidades y sufrimientos, me rompan el corazón. Esto nos hace prójimos los unos de los otros, genera una auténtica fraternidad, derriba muros y vallas”, sostuvo durante su homilía.
El pontífice celebró este domingo su primera misa pública en este pueblo cerca de Roma donde los papas tradicionalmente han descansado en verano por ser algo más fresco, retomando esa costumbre tras casi trece años de ausencia de su antecesor Francisco.
La eucaristía tuvo lugar en la pequeña iglesia de San Tommaso Da Villanova, donde León XIV centró su homilía en la parábola del ‘buen samaritano’.
“Este relato sigue desafiándonos también hoy, interpela nuestra vida, sacude la tranquilidad de nuestras conciencias adormecidas o distraídas y nos provoca contra el riesgo de una fe acomodada, ordenada en la observancia exterior de la ley, pero incapaz de sentir y actuar con las mismas entrañas compasivas de Dios”, dijo.
En este sentido, sostuvo que en el mundo actual hay dos formas de mirarlo: “se puede ver y pasar de largo o bien ver y sentir compasión”, con “una empatía” que permite comprender “al otro”.
Sobre todo para tender la mano a “todos aquellos que se hunden en el mal, en el sufrimiento y en la pobreza”, a “tantas personas agobiadas por las dificultades o heridas por las circunstancias de la vida”, o a todos aquellos que “se derrumban hasta tocar fondo”.
Texto y foto: Agencias