Para el niño…

Que el niño estuviera enfermo en la cama no significaba que no apreciara las cosas de la vida. Lo mismo sucedía con el bisabuelo: que su mal le hubiera robado la memoria significaba que no recordaba las cosas, no que no se le pudiera besar y acariciar y contar las cosas del colegio y las aventuras…

Entonces la niña habló de su idea a sus amiguitas y a los amiguitos de su primo. Y entre todos se pusieron manos a la obra. Y una tarde de diciembre pidieron la ayuda de un mayor, y les hizo de intermediario con las peticiones al hospital y todo eso… y una mañana les concedieron el permiso…

Podían llevar a cabo lo que habían planeado…

Les dejaron entrar a todo el grupo en la habitaciòn del pequeño. Eran muchos! Y unos cuantos le cantaron a coro canciones de Manuel Carrasco, antes a él le encantaban… Y otros pocos le acercaron helado de nuez, su preferido, a los labios, al menos que lo sintiera… Y una niña le dio un beso!
Y otras niñas llenaron el cabecero de su cama de dibujos que habían creado: caballos, bosques, perros… Y unos niños le llevaron de obsequio una camiseta de su equipo de fútbol: el Sevilla… Y todos le dedicaron una enorme ovación. Y le dijeron que habían plantado un árbol en el cole para él, que llevaba su nombre!

Y dos mellizos le prometieron que cuando se pusiera bien le invitarían a la ganadería de su tío un día que fuera Pablo Aguado a tentar, le admiraba mucho. Y una chiquilla con su guitarra rasgò unos sones flamencos para él. Y le llevaron a su perrita, Neska, que le lamiò la nariz…

Y no parecía que el niño sonreía?…

Dedicado a todos los niños enfermos
Dedicado a todos los sevillistas
Y también a los béticos…
Dedicado a Pablo Aguado, novillero que me encanta

Dedicado a Luisito, hoy y siempre

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