Pedro Infante era un estilo de vida

 

Una locutora y administradora de una galería dedicada al “Ídolo de Guamúchil” considera que el actor y cantante “es un mundo con muchos mundos dentro de sí, y pues algunos se quedan atrapados” en él.

El hecho de que la admiración por Pedro Infante permanezca vigente a lo largo de las décadas es algo difícil de explicar y que amerita diversos estudios en los ámbitos de las artes y ciencias sociales, opinan conocedores entrevistados por este periódico. Entre otras hipótesis, hay quienes atribuyen esa persistencia a que “El Ídolo de Guamúchil” “les quedó a deber” a los mexicanos después de su fallecimiento el 15 de abril de 1957 en un accidente de aviación en la ciudad de Mérida, pero otros señalan simplemente que su carisma y humildad lo hicieron único.

“Creo que la respuesta no la puedo tener. Pedro Infante representa al pueblo mismo, a México”, comentó Bekina Fernández, administradora de la galería “Amorcito corazón”, que se ubica en el Hotel Boulevard Infante, en lo que alguna vez fue la casa del difunto actor y cantante.

La también locutora fue entrevistada en el Hotel Casa Bowen, ubicado en la calle 66 con 65 del Centro, donde nació la galería. Diez años después, la exposición tendrá una sucursal, atención al que los visitantes europeos, estadounidenses y canadienses, que tienen de referencias de Pedro, acuden a ese sitio.

Para la para la entrevista Bekina vistió de rosa, y portaba un collar con un corazón de cristal que sobresalía de su escote. En la mesita de la sala estaba una playera rosa y otra, en color negro, sobre el sillón donde estaba sentada.

Siempre sonriente, la entrevistada comentó que los admiradores de “Pedrito” no viven atados al pasado; además, habló de los orígenes del museo, cómo lo mantiene vigente y dónde surgió su admiración por el actor y cantante.

Los fans del difunto actor son señalados de vivir atrapados en la nostalgia, pero Bekina comentó que no es así, pues “Pedro Infante es todo un estilo de vida”.

“Sucede que Pedro Infante es un mundo con muchos mundos dentro de sí, y pues algunos se quedan atrapados”, abundó.

Además, el actor tiene una época muy grande de reminiscencias para los cinéfilos de una industria del cine, que difícilmente vuelva a tener su segunda época dorada.

 

Sin ídolos juveniles

Al preguntarle cómo se inició en ese estilo de vida, Bekina recordó que la generación de los cincuentas, cuando eran niños, no tuvo ídolos o personalidades que admirar.

En 1957 surgió Elvis Presley en los Estados Unidos de América, que fue la sensación y modelo a seguir de los jóvenes de aquella nación; en nuestro país, la influencia fue todo lo que vieron y escucharon los papás y abuelos, comentó.

“Quienes nacimos en los años cincuenta, como es mi caso, fuimos educados por los abuelos. Nos influenciaron mucho, no hubo ídolos juveniles”, recordó.

Al preguntarle sobre algún tema que disfrutó escuchar durante su infancia o adolescencia, Bekina mencionó que no hubo ninguno en especial.

Eso sí, siempre admiradora del periodismo y la historia, tuvo la manía de recopilar el contenido de un programa radiofónico en el que se tocaban “Soldado raso” y “Ramito de azahar”, temas rancheros que Pedro Infante grabó para Discos Peerless.

Sin embargo, “a mí Pedro me seduce como bolerista. Quien sea musicólogo les dará una vuelta a los temas de Miguel Prado, Fernando Toussaint y Consuelito Velasco, que grabó”.

Un programa sobre la faceta de Pedro Infante como bolerista le abrió las puertas de la radio en Yucatán a la entrevistada.

Todo comenzó a finales de 1994, cuando Infante llegó a nuestra ciudad para trabajar en Sistema Radio Yucatán.

“En esa época el director artístico, Arturo Iglesias Villalobos, me dijo que los programas de entrevistas radiofónicas no iban con el perfil de los radioescuchas, que estaban acostumbrados a oír pura música”, explicó.

En la mente de Bekina cruzaron varias preguntas y acciones para tomar, por supuesto que dejar la radio no estaba entre sus proyectos.

–Por fortuna, el director general, Roberto Domínguez Ávila, me habló para decirme que, en el escritorio, por así decirlo, había algunos programas que no estaban en la parrilla de contenidos como “El balcón de la alegría”, “La hora de Pedro Infante” y “Radio Tour” –explicó.

Y Bekina decidió quedarse con “La hora de Pedro Infante”, una emisión que alcanzó gran popularidad entre los oyentes, que duró de 1994 a 1999 y en 2007, en el marco del quincuagésimo aniversario luctuoso de “El Inmortal”, se retomó.

 

Pedro Infante Vs. Luis Miguel

Mientras “La hora de Pedro Infante” llegaba a los hogares de los yucatecos, en el panorama musical nacional Luis Miguel empezaba a despuntar como bolerista. Muchos de los éxitos conseguidos por “El Sol” fueron aquellos temas que el sinaloense grabó en sus inicios.

Para darle variedad a las emisiones, recordó Bekina, empezaron a rescatar mucha de la discografía de Pedro Infante, “porque él es un extraordinario bolerista”.

“Incluso, Pedro Infante, en sus inicios por ahí de los años 1943–1944, cantaba boleros en un centro nocturno de un hotel de Reforma, en la Ciudad de México”, acotó.

“La gloria eres tú”, que estaba en su máxima popularidad en voz de Luis Miguel, así como “No me platiques”, que el chileno Lucho Gatica grabó en 1957, fueron algunas de las joyas que encontraron en la voz del “Ídolo de México”.

“Pedro Infante es una obra de arte que está cubierta por la telaraña del tiempo, porque solamente haces una limpieza y sale el gran valor artístico”, opinó.

La dinámica del programa permitió que se confronten dos celebridades masculinas. A través de las llamadas telefónicas, la audiencia eligió por qué versión se quedaba, sí por Pedro o Luis, y por mucho el primero superaba al otro.

Conocer por qué Infante se impuso a Luis Miguel hizo que en Bekina se despierte el gusto por la historia y la investigación.

 

Lo desconocido del “Ídolo de México”

La galería “Amorcito corazón” se inició con la idea de mostrar las fotografías desconocidas de Pedro Infante. Hoy día se ignora cuántas piezas integran la exposición, todas fueron aportaciones de los seguidores.

El trabajo, relató Bekina, fue rastrear, seguir una pista tras otra para dar con esas imágenes que la gente cuida como sus tesoros con la única idea de preservar la admiración por el fallecido ídolo.

“Cuando se inició el proyecto de la galería ‘Amorcito corazón’, la intención no fue tener un museo, por lo difícil de mantener las piezas”, comentó Bekina.

Se comenzó con la galería con la intención de mantener una exposición fotográfica, pues los costos para operar un museo son altos.

“La intención es tener a Pedro Infante con sus imágenes no conocidas, aunque la gente es feliz de verlo mil veces en su moto, con Jorge Negrete, Blanca Estela Pavón, en sus películas como ‘Los Tres Huastecos’. Pedro tiene mucho material muy interesante que he tratado de rescatar”, comentó.

La primera pieza de la galería, que en la actualidad se conserva, es una fotografía en papel bond que originalmente fue tamaño carta. Posteriormente se amplió a dos metros de altura para después aplicarle una cobertura de resina.

Para añadir más piezas a la muestra, Bekina siempre averigua con coleccionistas y fans, y muchas veces ellos la buscan.

“En alguna ocasión la galería se trasladó a un lugar llamado ‘La Carmelita’, gracias a las facilidades que nos brindó el gerente. Hasta ahí un señor del (ex) Distrito Federal, que actualmente vive en la ciudad de Mérida, llegó con una foto, cuadrada, pequeña con sus piquitos”, relató.

En la imagen, la mamá del individuo se tomó una foto con Pedro Infante, cuando filmaba en los estudios Churubusco Azteca la película “A.T.M. ¡A toda máquina!”.

“Él mismo me la llevó, la única exigencia es que la copiara, restaurara y le devolviera la original”, añadió.

La exposición se ha llevado a varias partes, tiene cabida en la escuela para que niños y adolescentes conozcan al “Ídolo de México”. Izamal y Peto fueron algunos lugares que recorrió la muestra que incluye las canciones y películas.

La restauración de las fotografías es muy costosa, pero “afortunadamente, la tecnología nos ayuda mucho”.

En cuestiones monetarias, aseguró, Pedro Infante sólo es rentable para las televisoras que tienen los derechos de retransmitir sus películas, y la misma situación ocurre con las disqueras.

En el caso de los admiradores, si bien algunos discos se subastan en 40 ó 50 dólares, con respecto a las imágenes “no hay quien no te diga que una foto vale tanto”, quizá porque su valor es incalculable.

De cara al centenario del natalicio de Pedro Infante, la galería abrirá el viernes 28 de este mes una sucursal con la finalidad llevar el gusto por Pedro Infante a otros sectores más allá de los fans como son los panaderos, mecánicos, policías, carpinteros, que alguna vez interpretó el difunto actor.

 

Pedro y la bonanza mexicana

La permanente admiración por Pedro Infante podría ser objeto de estudio, especialmente cuando su popularidad rebasa a celebridades del momento.

Para Eric Frederick Evereth Bowen Lara, sociólogo y administrador de Casa Bowen, la razón es que el artista representó eso que difícilmente regresará: “La bonanza mexicana”.

Siempre influenciado por programas extranjeros, cuando tenía los veintitantos años Bowen Lara vio las películas del “Ídolo de Guamúchil” para encontrarse a un gran actor que supo interpretar cualquier personaje y sobresalió por “su humildad en comparación con Jorge Negrete”.

Sin el afán de politizar el asunto, opinó que algún diputado, sin importar el partido que sea, debe promover ante las autoridades educativas que en la materia de Educación Artística se vean las películas de Pedro Infante, que representan “una parte de México que no regresará”.

En su opinión, en la actualidad “hay un desarraigo nacional de nuestra identidad”. Habría entonces, añade, que inculcarles a estas nuevas generaciones el significado de ser mexicano.

 

Irbin Ramón Flores Palomino

 

 

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