Pierde su Mercedes por la imprudencia de conductora

Don Javier Medina amaneció de buenas, ni el calor infernal que castigó a Mérida le quitaron las ganas de salir a pasear con su alemán favorito; su clásico preferido, un impecable Mercedes Benz de colección, digno de admirar en un museo.

La belleza extemporánea de su vehículo causó el efecto de siempre: la admiración de extraños por la belleza que a otro le pertenece y que la mayoría sólo podría alcanzar en sueños.

Así, orgulloso el hombre mayor lucía por las calurosas calles de Mérida su auto alemán color hueso, con vestiduras en color rojo vino, cielo raso claro y lo más increíble, todo era original como sus rines y tapones con los que salió de la fábrica en  el año de 1964.

Su día cambió cuando la conductora de una camioneta que circulaba sobre la calle 36 de Villas la Hacienda pasó el alto de disco, y para la mala fortuna de don Javier Medina, su auto aguantó el impacto de la despistada mujer.

Del golpe don Javier ni se acuerda, le duele más la abolladura que recibió su impecable Mercedes, el lujo entre el lujo quedó allá, en medio de la calle abollado por un moderno vehículo.

Cada automovilista que pasaba por el lugar no podía evitar la mueca de dolor, como si sufrieran el golpe junto con el propietario, que tiene tres autos clásicos, pero éste era el favorito.

Al lugar llegó el exsecretario de Seguridad, Javier Medina Torre para ayudar a su padre, con sus grandes ojos azules observaba al desconcertado hombre, pero tampoco podía perder la atención del auto, aquel que fue el consentido.

 

Acom

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