Expertos en el foro “Saneamiento del Acuífero de Yucatán: una visión a futuro” alertaron sobre el impacto de las descargas de aguas residuales y lodos al manto freático, subrayando la necesidad de aprovechar estos residuos para reducir la contaminación y mejorar la sostenibilidad en el uso de los recursos hídricos. En particular, se destacó la reutilización de los lodos con fines agrícolas como una solución viable para frenar el deterioro del acuífero.
El doctor Eduardo Batllori Sanpedro, investigador del Cinvestav-Mérida, presentó cifras preocupantes: en la Península de Yucatán existen 6,756 permisos de descarga de aguas residuales, con un volumen total de 956.25 millones de metros cúbicos. De estas descargas, el 68% corresponde a servicios, mientras que solo el 10% proviene de uso público urbano, lo que subraya la necesidad de un manejo más riguroso. Además, en Yucatán se tratan solo 700 litros por segundo, equivalentes a 10 millones de metros cúbicos de aguas residuales al año, lo que representa una cobertura insuficiente para la demanda de la región.
El área metropolitana de Mérida, que ha experimentado un crecimiento demográfico de 2.2% anual, por encima del promedio nacional del 1.4%, enfrenta un reto monumental. De sus más de 360,000 viviendas, el 77% utiliza biodigestores o sumideros, sistemas que, al no recibir el mantenimiento adecuado, contaminan el acuífero. Solo el 23% de las viviendas están conectadas a redes de drenaje y plantas de tratamiento, lo que deja a la mayor parte de la población expuesta a riesgos ambientales y de salud.
El problema de los lodos generados por las plantas de tratamiento es significativo. En Mérida y su zona conurbada, las plantas producen miles de metros cúbicos de lodos al mes.
Patricia Vázquez, funcionaria de la Junta de Agua Potable y Alcantarillado de Yucatán (Japay), informó que se generan entre 80 y 100 metros cúbicos de lodos al mes, sin un programa eficiente para su reutilización. A pesar de que estos lodos no contienen metales pesados, solo son clasificados como aptos para uso agrícola, lo que representa una oportunidad subutilizada.
Miguel Carvajal Rodríguez, especialista en el tema, señaló que los lodos residuales, si se gestionan adecuadamente, pueden transformarse en un insumo valioso para la agricultura, aportando nutrientes esenciales como fósforo y nitrógeno, mejorando la calidad del suelo y sustituyendo fertilizantes químicos. Este enfoque no solo ayudaría a reducir la contaminación del acuífero, sino que también ofrecería beneficios económicos a los productores locales, quienes enfrentan el alto costo de los fertilizantes inorgánicos. En países como Alemania, el 27% de los lodos se utilizan en la agricultura, y en Francia la cifra alcanza el 60%. Estas experiencias europeas demuestran que es posible convertir lo que antes se consideraba un desecho en una oportunidad para aumentar la productividad agrícola.
Texto y foto: Acom