Especialista critica la falta de evidencia científica ya que siente que no es efectivo atemorizar a las personas mostrando el daño que les producirá
Alfredo no conoce el fentanilo, pero sí la piedra. Casi todos los días consume esta mezcla de clorhidrato de cocaína y bicarbonato de sodio en la azotea de un edificio en la delegación Álvaro Obregón. Él no vive ahí, pero desde algunos años es el único lugar donde se siente seguro para preparar su dosis. Detrás de él llegan otros dos sigilosos consumidores habituales.
La azotea huele a ropa recién lavada y a mierda de perro seca. Una lámpara fluorescente parpadea sobre trazos caóticos en la pared. Hace unos minutos compraron por 50 pesos algunos “piedrulces” que les permitirán terminar el día “de a padrino”. Para ellos, el ritual de conseguir un envase es casi tan importante como fumar.
Al respecto, el catedrático del Instituto Canadiense de Investigación sobre el Uso de Sustancias, de la Universidad de Victoria, Jaime Arredondo Sánchez Lira, expresó en entrevista su preocupación por la falta de evidencia científica en las medidas que se están tomando alrededor de la política pública en materia de consumo de sustancias.
Según Sánchez Lira, la política actual es extremadamente moral y regresiva, incluso parecida a las campañas de “Di no a las drogas” de la era de Reagan en Estados Unidos. “Es un retraso que ni en los gobiernos panistas pensé que llegaríamos a tanto”, dice.
Sánchez Lira criticó el desempeño de la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic) y de su titular Gady Zabicky Sirot, por estar al margen de las discusiones y no oponerse a las campañas de prevención basadas en narrativas falsas que justifican la criminalización de las drogas.
“La Ley General de Salud indica que la estrategia de política de drogas del gobierno debe estar basada en evidencia y pues ahora está completamente descontextualizado el tema de mostrar, por ejemplo, a Hitler para ver si efectivamente así asustamos a los chicos para no consumir metanfetaminas, es absurdo”, aseguró el investigador.
Texto y foto: Agencias