Mujeres salieron a las calles de ciudades de Europa, África y otros lugares para conmemorar el Día Internacional de la Mujer con demandas para poner fin a la desigualdad y la violencia de género.
En el lado asiático de la ciudad más poblada de Turquía, Estambul, una manifestación en Kadikoy reunió a miembros de decenas de grupos de mujeres que escucharon discursos, bailaron y cantaron bajo el sol primaveral. La colorida protesta estuvo supervisada por una gran presencia policial, incluidos agentes con equipo antidisturbios y un camión de cañón de agua.
El gobierno del presidente Recep Tayyip Erdogan declaró 2025 como el Año de la Familia. Los manifestantes se opusieron a la idea de que el papel de la mujer se limite al matrimonio y la maternidad, llevando pancartas que decían “La familia no nos atará a la vida” y “No seremos sacrificadas a la familia”.
Los críticos han acusado al gobierno de supervisar restricciones a los derechos de las mujeres y de no hacer lo suficiente para abordar la violencia contra ellas.
En 2021, Erdogan retiró a Turquía de un tratado europeo, conocido como la Convención de Estambul, que protege a las mujeres de la violencia doméstica. La Plataforma “Detendremos los Femicidios” de Turquía afirma que 394 mujeres fueron asesinadas por hombres en 2024.
“Hay acoso en el trabajo, presión de maridos y padres en casa y presión de la sociedad patriarcal. Exigimos que esta presión se reduzca aún más”, dijo Yaz Gulgun, de 52 años de edad.
En muchos otros países europeos, las mujeres también protestaron contra la violencia, exigieron un mejor acceso a la atención médica específica de género, igualdad salarial y otros temas en los que no reciben el mismo trato que los hombres.
En Polonia, activistas abrieron un centro frente al Parlamento de Varsovia donde las mujeres pueden ir a hacerse abortos con pastillas, ya sea solas o acompañadas por otras mujeres.
La apertura del centro en el Día Internacional de la Mujer frente al Parlamento fue un desafío simbólico a las autoridades en la nación tradicionalmente católica romana, que tiene una de las leyes de aborto más restrictivas de Europa.
Desde Atenas hasta Madrid, París, Múnich, Zúrich y Belgrado, y en muchas más ciudades del continente, las mujeres marcharon para exigir el fin del trato como ciudadanas de segunda clase en la sociedad, la política, la familia y en el trabajo.