Presentan avances y desafíos en la lucha por el derecho a decidir

En el marco de la presentación de resultados de la iniciativa “Ajal” que busca impulsar la armonización legislativa en materia de aborto en el Estado, se llevó a cabo una mesa panel en la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady), en la que participó la psicóloga Maribel Flores Aguilar, que junto con el ginecólogo Pavel Calderón Ortiz son los encargados del programa “Aborto Seguro” de la Secretaría de Salud de Yucatán. 

“Desde su fundación hace tres años y con corte hasta el 18 de febrero pasado, en este programa que está disponible en el Hospital O’ Horán, por ahora solo en horario vespertino, se han atendido a mil 205 mujeres, la más pequeña de 10 años, que no tendría un hijo de su violador, que no experimentará un retroceso en su proyecto de vida, que ahora están en posibilidades de continuarlo y de romper el ciclo de la feminización de la pobreza, y que sobre todo han ejercido su derecho a decidir”, recalcó.

A pesar de los logros del programa, aún existen desafíos y prejuicios en la sociedad, que inclusive comparte personal del propio sistema de salud que regaña a las mujeres que preguntan por el servicio, a pesar de que se presta con todo el respaldo de la ley. “Esperamos que con la armonización legislativa en materia de aborto en Yucatán, pronto este servicio se pueda brindar como cuando se acude al odontólogo, sin estigmas y sin miradas de reprobación”, mencionó.

En este sentido, dijo que por la falta de una educación sexual integral, muchas mujeres desconocen de los métodos anticonceptivos, pero también ocurre que aunque los conozcan, viven violencia por parte de la pareja que no quiere ni permite utilizarlos. Por ello, recalcó la importancia de trabajar de manera integral el problema e incluir la prevención de violencia intrafamiliar.

 En el caso de la niña de 10 años que se atendió, Flores Aguilar explicó que de no haber tenido acceso a la interrupción, hoy ella sería mamá y tendría un hijo de su violador, que por cierto era un familiar. Al no haber una educación sexual integral, ella ni siquiera sabía que estaba embarazada, se sentía mal, fue el doctor y así se descubrió. Finalmente, se logró que tuviera acceso a sus derechos y en la actualidad sigue estudiando. Ahora debe estar entrando a la secundaria y podrá continuar su proyecto de vida.

Texto y foto: Manuel Pool