¿Quién es Kermit Gosnell? Un caso de horror

Ya que en la Ciudad de México, este 5 de enero, se ha votado en contra de la ley del aborto, gracias a los 34 legisladores del PAN, PRI, PVEM y PES que apoyaron la vida, es bueno recordar el juicio al carnicero abortista Kermit Gosnell, que enfrentaba 260 acusaciones relacionadas con aborto e infanticidio.

Cuando la policía entró en la clínica abortista del doctor Kermit Gosnell se encontró un espectáculo dantesco: pies de niños y médulas espinales cortadas, cuerpos enteros guardados en cajas y congeladores en el sótano. Una auténtica carnicería. Los restos eran tanto de fetos abortados poco antes de nacer como de niños que consiguieron sobrevivir al aborto y que fueron igualmente mutilados y asesinados. Sin embargo, los medios de comunicación de EE.UU apenas informan del juicio contra este asesino en serie.

Javier Lozano, de Libertad Digital, informaba: “El caso se remonta a 2011 cuando el doctor Kermit Gosnell fue arrestado en Filadelfia acusado en principio del asesinato de siete recién nacidos y de una joven madre. Pero las pruebas van más allá y las víctimas pueden superar el centenar de asesinados ya nacidos y cuyos restos se han encontrado esparcidos por varios puntos de la clínica como si fuera una carnicería. Básicamente, no se ha informado sobre el asunto. Por ello, varios medios y algunos políticos provida están denunciando este silencio mediático y están dando a conocer los detalles del juicio y los testimonios que ratifican el asesinato de hasta cien personas.”

El médico abortista Kermit Gosnell fue declarado culpable el 13 de mayo del 2013 de tres cargos de asesinato en primer grado por cortar la espina dorsal de bebés nacidos vivos durante abortos en su clínica en la zona oeste de Filadelfia. El juicio ahora entra en la fase de sentencia, para decidir si Gosnell será condenado a pena de muerte o a cadena perpetua. El veredicto fue anunciado horas después de que el jurado informó al juez que estaban atascados en otros dos cargos.

Agencias informan que en EE.UU. asesinar bebés que sobreviven al aborto es práctica extendida (Agencias/InfoCatólica) No quedó claro cuál de las más de 260 acusaciones en contra de Gosnell causaron el estancamiento. “El hecho de que estén detenidos en dos cargos significa que están considerando seriamente la evidencia. Es una indicación de su sinceridad”, les dijo el juez Jeffrey P. Minehart a los jurados.

Los veredictos se dieron durante el décimo día de deliberaciones por parte de los miembros del jurado, que entraron en una tercera semana.

Gosnell, de 72 años, estaba acusado de cuatro homicidios en primer grado en relación a las muertes de los bebés identificados como A, C, D y E en la corte. Originalmente enfrentaba siete de estos cargos, pero el juez Minehart rechazó tres de ellos. Finalmente ha sido declarado culpable del asesinato de los bebés A, C y D.

Gosnell también estaba acusado de homicidio en tercer grado por la muerte de Karnaya Mongar, una mujer de 41 años de Virginia que murió en 2009 tras recibir una sobredosis de droga durante un aborto en la clínica del acusado.

“La casa de los horrores”, así fue denominada por Bruno Moreno la clínica Women’s Medical Society, situada en el oeste de Filadelfia. Estuvo operando entre 1979 y 2010, cuando fue clausurada a raíz de una queja relacionada con la prescripción ilegal de narcóticos y las autoridades descubrieron el tipo de operaciones que se realizaban allí.

Gosnell y su plantilla, parte de la cual no tenía certificación ni licencias, llevaron a cabo durante años abortos de embarazos en avanzado estado de gestación y emplearon tijeras para cortar la médula espinal de los bebés nacidos vivos.

Una vez dentro de la clínica, los investigadores encontraron fetos muertos y a varias mujeres en avanzado estado de gestación en espera de ser sometidas a abortos ilegales.

Los fiscales ya han señalado que pedirán la pena de muerte para Gosnell, en la siguiente fase del juicio que concluirá con su sentencia definitiva.

La investigación reveló que las pacientes de Gosnell, la mayoría inmigrantes y pobres, pagaban alrededor de 300 dólares por abortos realizados durante el primer trimestre de embarazo y entre 1,600 y 3,000 por los abortos que realizaba después de la 24ª semana de gestación, no amparados por la ley.

También se puso de manifiesto que, pese a la existencia de quejas contra Gosnell y su clínica durante más de 20 años, el médico nunca recibió una sanción oficial, por lo que fueron posteriormente relevados de su puesto seis funcionarios del Departamento de Salud de Pensilvania. Esta noticia tiene un “silencio mediático” en Estados Unidos que la gente en general desconoce este caso, en el país donde se proclama la defensa y libertades humanas.

Estas acciones son de todas reprobables, no podemos permitir que leyes pro aborto sean declaradas como legales, las consecuencias son terribles e irreparables tanto para las madres, como para los niños que son abortados, nunca pueden ser consideradas como algo bueno, el aborto es un crimen y el Estado está obligado a preservar la vida de todo ser humano.

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