Carlos Hornelas
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Daniel Blancas, periodista que trabaja para el diario “La Crónica de Hoy” ha sido vinculado a proceso, tras una investigación realizada por la Fiscalía Especializada en Delitos en contra de la Libertad de Expresión (Feadle), en la cual se le imputa su agresión en contra de comunicadores, a quienes empujó y arrebató un teléfono celular en el marco de una conferencia mañanera llevada a cabo el 4 de marzo de 2020, en Palacio Nacional.
La agilidad y eficacia con la que la Feadle ha llevado a cabo la indagatoria en contra de Blancas, un comunicador, contrasta con la falta de celeridad para dar con los responsables de diversas agresiones y muertes de periodistas.
De acuerdo con información de la Secretaría de Gobernación, durante el presente sexenio han sido asesinados 43 periodistas y 68 activistas defensores de derechos humanos. De esa cifra al menos 7 de ellos eran “beneficiarios” del programa de protección implementado por la fiscalía, es decir, eran “protegidos” por la institución en contra de quienes pudieran hacerles más daño por su labor informativa.
En febrero de 2019, Blancas emprendió una investigación periodística sobre el hurto de combustible (huachicol) que incomodó a ciertos grupos quienes lo retuvieron en contra de su voluntad. El hecho se documentó y fue cubierto por medios y organizaciones de derechos humanos y activistas de la libertad de expresión como Article19. Sin embargo, hasta la fecha la Feadle no ha dado con los responsables de este hecho que ocurrió muy lejos de Palacio Nacional.
En contraste, el 7 de julio en la gustada sección “Quien es quien en las mentiras”, Ana Elizabeth García Vilchis descalificó la labor del reportero a través de su pieza “Falsean datos de Sembrando Vida”, publicado en el rotativo “la Crónica de Hoy”. En dicha ocasión se omitieron datos, referencias y testimonios para desacreditarle. Motivo por el cual se presentó el 14 de julio para ejercer su derecho de réplica y acotar cada una de las observaciones a su trabajo. Se preguntaba, cuando tomó la palabra “¿por qué omitió la presentadora que el trabajo se centró en Tlaxcala? Dado que las evidencias eran exclusivamente de ese estado y que jamás se mencionó la alteración de datos como una práctica generalizada en el programa”.
En su turno, Blancas aprovechó la oportunidad para pedirle al presidente “no atentar contra la credibilidad de los medios de comunicación”.
Andrés Manuel aprovechó para cerrar las intervenciones con respecto a este desaguisado espetando “la crítica es fundamental, es básica, nos ayuda mucho a purificar la vida pública, incluso la crítica política; hasta el despropósito, hasta el invento nos ayuda, porque eso es consustancial a la democracia. Lo otro, el no hablar, es dictadura”.
La cuenta del Alto Comisionado de la ONU para los derechos humanos, asciende a 12 homicidios documentados y dos comunicadores desaparecidos en los últimos 19 meses. Motivo por el cual urgió a las autoridades respectivas a esclarecer los crímenes contra ese gremio.
Mientras las agresiones contra los periodistas crecen, por parte de poderes fácticos y organizaciones con intereses variopintos, se mantiene un esfuerzo constante por parte del gobierno federal para arremeter contra las plumas que selecciona cada semana, aún a pesar de que se han reconocido pifias y se ha admitido que algunas de las llamadas notas falsas no lo fueron jamás, lo cual contribuye al enturbiamiento del clima y la mayor tensión entre la prensa y el gobierno. El derecho a la información debe ejercerse para la creación de ciudadanos con conciencia, no para la multiplicación de los subordinados que callan y obedecen. Después de todo, como dicen con humor negro en ciertos círculos del derecho: “A nadie se le niega un vasito con agua o un auto de formal prisión”.