Ratio essendi

p14byn-caritas-dorantes  Roberto A. Dorantes Sáenz

 

Sustituir a los padres, un error

Interesante noticia que leí sobre la enseñanza sexual que aclara cuestiones al respecto, por ejemplo: “Qué es educación sexual, ¿el Estado tiene derecho a impartir la educación sexual? ¿De qué manera deben actuar los padres de familia y la sociedad en general?”. Estas y otras preguntas responde el siguiente artículo.

Jokin de Irala, investigador principal del proyecto de investigación educación de la afectividad y sexualidad humana, del Instituto de Cultura y Sociedad de la Universidad de Navarra (España), aseguró que es responsabilidad de los padres y no del gobierno preparar a los hijos para una recta sexualidad, llegando a ser adultos “capaces de amar”.

En declaraciones a ACI Prensa, el también catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública, que participó en el VI Congreso Internacional Provida Ecuador 2013, que reunió a más de 1,300 participantes de América y Europa del 8 al 10 de noviembre en Guayaquil, advirtió que “muchos gobiernos lo que hacen es “hombre, pues vamos a convertir a los padres en un bed and breakfast”, es decir: “tú haces hijos, dales una cama, un desayuno y el resto lo hacemos nosotros’”.

“No, señor, los padres tenemos la gran responsabilidad de preparar a nuestros hijos para que puedan ser adultos capaces de amar, y eso los que mejor podemos hacerlo somos nosotros”.

De Irala indicó que “suelo decir a veces que en algunos países los gobiernos se están metiendo en las camas de los matrimonios, en vez de haber dos personas hay tres. Está el gobierno haciendo algo que deberían hacer los padres”.

El experto señaló que si bien “es verdad que hay muchos padres que no saben cómo hacerlo, que no se sienten preparados, pero eso no significa que haya que sustituirlos”.

Irala dijo que la polémica sobre la educación sexual se origina porque “hay gobiernos que básicamente están diciendo que la educación sexual es necesaria y que por lo tanto la tienen que dar ellos”.

El problema con la educación sexual, explicó, es “que no es como las matemáticas, que es decidir aplicar, enseñarlo y que todo el mundo lo va a enseñar igual. El problema es que hay diferentes enfoques de educación sexual”.

“Hay una educación sexual que es eminentemente biológica, que yo le suelo llamar educación sexual veterinaria, zoológica, que sólo se suele centrar en el cómo de la sexualidad y que básicamente el mensaje de estos programas es que los jóvenes se dejen llevar por sus deseos, que hagan lo que quieran y cuando quieran, con tal de que lo hagan con preservativos”.

Irala igual señaló que “evidentemente, esto es lo que defienden las grandes organizaciones internacionales y están intentando prácticamente obligar a que diferentes países adopten este enfoque de la educación sexual”.

Sin embargo, dijo, “hay otro enfoque de la educación sexual”, a la que llamamos “educación afectivo-sexual, que concibe la sexualidad como buena noticia, pero que concibe que el lugar apropiado la sexualidad es un donde hay garantía total de amor maduro y que es más una preparación para amar”.

El enfoque de educación sexual que considera “veterinaria”, está empapado de “la ideología de género, los lobbies de gays y lesbianas, los lobbies pro abortistas”.

Además, denunció, “hay intereses económicos, no sólo es ideología. Un joven que no ha desarrollado bien su carácter va a ser un joven consumista, un joven sin disciplina va a ser un gran consumidor”.

“Y no cabe duda también hay buena fe, en el sentido de que hay gente que cree realmente que la solución es el otro enfoque”.

Ante los casos de padres que no están preparados para dar una recta educación sexual a sus hijos, señaló el experto que “el papel del gobierno sería facilitar asociaciones civiles que se dedican a preparar padres y madres para que hagan mejor su labor, no sustituirlos”.

El investigador de la Universidad de Navarra previno contra la denominada “educación sexual integral”, pues presenta el problema de que lo que la caracteriza “es que da el mismo valor a todas las opciones, da el mismo valor a tener relaciones sexuales o a no tenerlas, como si fueran dos opciones igual de sanas para el joven y esto está fuera de lo que están diciendo los estudios científicos”.

“Lo que mejor podemos recomendar a un joven es que no tenga relaciones sexuales, es lo que le permite evitar problemas tanto físicos como psicológicos”, aseguró.

De Irala señaló que los promotores de esta educación sexual “zoológica” utilizan diversos eufemismos, como al hablar “de óvulo fecundado”. Esto es como llamarle a la televisión “caja con componentes electrónico”. La televisión se llama televisión, lo que ellos llaman “óvulo fecundado” sería un embrión, es decir un ser humano en su etapa temprana de desarrollo.

“Hay muchos eufemismos así que lo que hacen deseducar en vez de educar”, criticó.

Otro término que manejan, advirtió, es el de “sexo seguro”, que “en algunos países no se utiliza, porque se podría catalogar de publicidad engañosa y se podría llevar a juicio a quien utilice ese concepto”.

“Esto no es ni siquiera una cuestión de moral, es sencillamente y rotundamente falso desde el punto de vista científico”.

Jokin de Irala lamentó que actualmente “hay jóvenes que piensan que si usan preservativos no van a tener riesgo de infección, por ejemplo, o de embarazo”.

“Estos jóvenes están siendo desinformados, no son igual de libres a la hora de elegir tener o no relaciones sexuales”.

De Irala señaló que el mensaje “de sexo seguro lo que acaba dando es la idea de que no hay ningún problema en tener relaciones sexuales, y estos jóvenes acaban encontrándose con la sorpresa a veces, por ejemplo, acaban con un herpes para el resto de su vida”.

El experto remarcó además la “gran paradoja” de que en España una menor de 18 años puede “ir a una farmacia a comprar la píldora del día después. Nadie pregunta nada, no se registran sus datos”.

“Qué quiere decir esto, que a lo mejor es la quinta vez en el mes que estás pidiendo eso. No hay control y puede ser un problema serio”.

Sin embargo, apuntó, “en esa misma farmacia no se podría comprar un Nolotil para quitarse el dolor de cabeza que provoca esa píldora sin receta. Es una paradoja”.

De igual forma en España “no se puede conducir un carro hasta los 18 años, que es algo que tiene muchas menos consecuencias”.

“Hay unas contradicciones que son absurdas”, criticó, y aseguró que éstas entran en el marco “de quitarnos la patria potestad a los padres, a quitarnos a los padres algunos de nuestros deberes, algunas de nuestras responsabilidades”.

La solución a este problema, indicó, “pasa porque asociaciones de padres y madres nos movilicemos y exijamos que no nos quiten estas cuestiones que nos corresponden”.

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