Ratio Essendi

¿Quién es el autor de la Biblia?

Por Roberto A. Dorantes Sáenz

 

Cuando leo algún libro una de las cosas de las cuales me fijo primero es en su autor. Cuando conocemos al autor del libro sabemos que ese libro es auténtico, y la autenticidad es importante, puesto que esta cualidad nos da la certeza de conocer quién escribió el libro.

Sabemos universalmente que “El Quijote” lo escribió Cervantes, “La Imitación de Cristo” por Tomás de Kempis, “La Divina Comedia” por Dante… A pesar de que esos libros se escribieron hace cientos de años no dudamos ni por un segundo de quiénes son sus autores, por la historia crítica que nos confirma que ellos son los verdaderos autores. Otra dato interesante es que existen autores de libros que se valieron de escribanos para redactar sus libros.

No dudamos de la existencia de los autores, pero en el caso de la Biblia ¿sabemos quién fue el autor, cuándo se escribió?

Primero definamos qué significa Biblia: viene del griego Biblión, que significa rollo, papiro o libro; otro significado es libros sagrados. Originalmente se escribió en arameo, hebreo y griego; hoy día es el libro más traducido y el más vendido en la historia.

En sí la Biblia no es un libro escrito en un tiempo determinado por una sola persona. Por ejemplo, el primer libro de la Biblia, el Génesis, como fue escrito alrededor de 1445 a.C., y el último libro, el Apocalipsis, alrededor de 90-96 d.C. por el apóstol San Juan. La Biblia fue escrita en un período de 1,600 años, aproximadamente.

El autor intelectual de la Biblia se afirma que es Dios, los hombres de los cuales se valió se les conoce con el nombre de hagiógrafos, una especie de autor instrumental. Así, por ejemplo, el hagiógrafo del Génesis es Moisés, los Evangelios que son cuatro se les conoce según su hagiógrafo, y así tenemos, por ejemplo, Evangelio según San Lucas, San Mateo, San Juan, San Marcos, según sea el libro.

La Sagrada Escritura es la palabra de Dios escrita bajo la inspiración del Espíritu Santo, comprende los libros del Antiguo y el Nuevo Testamentos.

La Biblia es, a la vez, obra del hombre y obra de Dios. Materialmente conocemos a sus autores dos. Moisés, David, Salomón, los evangelistas, etc. Los libros que la componen fueron escritos como los otros, en pergamino o papiros, en un idioma determinado, el hebreo, el griego, y conforme a las reglas de la sintaxis y de las gramáticas particulares de esas lenguas.

Formalmente los libros santos son obra de Dios, porque fueron escritos bajo la inspiración del Espíritu Santo. El hombre que los escribía no fue sino un instrumento, en manos de una causa superior, de suerte que las escrituras no contienen nada, ni pensamientos, ni doctrinas, ni narraciones fuera de lo que el Espíritu Santo ha querido poner en ellos.

Podemos concluir que la diferencia esencial de la Biblia con los demás libros no es por el argumento, sino por su autor principal, que es Dios mismo. Los libros santos son obra de Dios porque Él mismo los inspiró.

Con esto establecemos que el autor de la Biblia es Dios: “La Palabra de Dios, expresada en lenguas humanas, se hace semejante al lenguaje humano, como la Palabra del eterno Padre, asumiendo nuestra débil condición humana, se hizo semejante a los hombres”; y también: “Las verdades reveladas por Dios, que están contenidas y se manifiestan en la Sagrada Escritura, se consignaron por inspiración del Espíritu Santo”. (Concilio Vaticano I).

Por último cabe preguntarnos cómo conocemos que los hagiógrafos escribieron bajo la inspiración de Dios. La respuesta es tema de otro artículo, sobre la Inspiración divina. Lo que queda definido es que Dios es el autor principal de la Biblia, y que los autores secundarios (hagiógrafos) escribieron bajo el influjo del Espíritu Santo.

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