Los protectores de la fauna citadina pretenden la conservación de aquellas especies que no viven en su hábitat
La Red para la Conservación de los Anfibios y Reptiles de Yucatán, junto con la organización Ya’ax Kaan Yucatán: Rescate y Reubicación de Anfibios y Reptiles, son dos organizaciones que forman parte de esta iniciativa ciudadana para el rescate de la fauna citadina, es decir, el rescate de aquellos reptiles y anfibios que tienen una presencia constante en ciertas zonas de Mérida, donde no es su hábitat natural.
El croar de las ranas y sapos era una melodía que caracteriza las noches lluviosas para algunos yucatecos, ya que despierta un sentimiento de nostalgia cuando se escucha al mismo tiempo que se observa cómo cae agua del cielo; sin embargo, en los últimos años esto ya no es así, debido a que dicho canto ya no es tan común, solamente para unos cuantos que viven en los límites de la ciudad o en zonas con mucha vegetación del interior del estado.
De acuerdo con el biólogo Luis Leonardo Díaz Gamboa, quien también es director de la Red para la Conservación de los Anfibios y Reptiles de Yucatán, “con los desarrollos inmobiliarios y el crecimiento de la mancha urbana en los últimos años, hay menos espacios conocidos como micro-hábitats en los cuales estos organismos desempeñan sus roles ecológicos”, provocando que desaparezcan de dichas zonas.
A pesar de lo anterior, vecinos de algunos fraccionamientos han reportado el avistamiento de estos animales y ante dichos encuentros, usualmente responden matándolos, pues existe la creencia de que algunas ranas y sapos podrían ser venenoso al tacto, lo cual representará un peligro para ellos mismos y para las mascotas.
No obstante, el rescatista mencionó que la mejor manera de reaccionar en estas situaciones es ahuyentando al animal o llamando a alguna de las autoridades u organizaciones especializadas en el rescate, manejo y reubicación de anfibios y reptiles, como las agrupaciones mencionadas al principio de esta nota o autoridades de protección civil.
En este sentido, el director explicó que en Yucatán sí existen dos especies venenosas: la rana lechosa y el sapo de la caña, las cuales secretan una toxina en su piel que puede ser peligrosa para el ser humano. Por ello, en caso de encontrarse con una de ellas o de cualquier otra especie y no querer matarla, se debe atrapar al anfibio en una caja o una cubeta usando un recogedor y una escoba para evitar el contacto directo, y luego contactar a cualquiera de las mencionadas organizaciones.
Texto: Diego Cervantes
Fotos: Agencia