Las reliquias de la iglesia son tesoros que se conservan para santificar un sitio y dar testimonio de la vida de personajes míticos para la religión católica. En nuestro estado pocos datos hay sobre este tema, apuntó el historiador Ángel Gutiérrez Romero. Muchos de estos tesoros se han perdido y además hay muchas lagunas históricas sobre dónde y cómo se trajeron a nuestro estado.
Gutiérrez Romero habló en una entrevista para Punto Medio sobre las reliquias que se conservan en las iglesias de Yucatán. El profesional explicó: “Las costumbres sobre el uso y veneración de las reliquias provienen de tiempos antiguos de la Iglesia católica”.
En el Concilio de Trento en el siglo XVI, la Iglesia católica impulsó la necesidad de incrementar las reliquias y por ello, muchos son los procesos que influyeron para que estas reliquias se propagaran. De alguna manera la Basílica de San Pedro está construida sobre una reliquia, que es la tumba del propio apóstol.
Tipos de reliquias
Hay tres clases de reliquias, explica el historiador, de primero, segundo y tercer grado.
Las de primer grado, son todos aquellos fragmentos del cuerpo mismo del santo.
Las de segundo grado, son objetos, partes de las prendas de vestir o utensilios de uso común del santo, como lo pueden ser su Biblia personal, su rosario, sus hábitos, entre otros.
Las de tercer grado, son todos aquellos objetos que han estado en contacto con reliquias de primer grado de los santos.
“Las reliquias no se venden, ni se pueden comerciar”, explica Gutiérrez Romero, es la Santa Sede, quien las administra, guarda, conserva y distribuye.
Para ello hay una sección dentro de la propia Iglesia que otorga, concede y establece las condiciones para entregar, donar, exponer o administrar una reliquia.
Costumbre colonial
En Yucatán esta costumbre de guardar reliquias fue válida durante la Colonia y posterior a ésta, cuando se construyeron las iglesias más importantes y notorias del país, añade.
Se sabe, que la reliquia que perteneció a la Catedral de Mérida fue una astilla de la cruz de Jesucristo, que incluso, hasta el siglo XIX era expuesta y recibía veneración, y que hay datos sobre procesiones y exposiciones de la “Santa Astilla” .
Sin embargo, repuso, ésta desapareció o se desconoce en la actualidad su destino. En América no fue tan común disponer de reliquias, en su gran mayoría fueron las imágenes las que fueron entregadas a las distintas sedes religiosas.
“Es preciso establecer, repuso, que en América no se dieron tantos santos, sólo tres en la época de la Colonia, Santa Rosa de Lima y San Martín de Porres, ambos en Perú y San Felipe de Jesús, en México. Por ello, en las iglesias de México no hay reliquias, sino imágenes”.
“También es importante, señaló, que una reliquia es entregada a una iglesia y debe permanecer en ella. Hay un proceso y protocolo para guardarla”, añadió, ya que debe permanecer debajo del altar de esa iglesia y debe de ser enterrada en un sitio expreso denominado féretro”.
“La reliquia en cuestión debe de permanecer en una cápsula de plomo, que debe de constar como tal, es decir, debe de tener un documento oficial de Roma, que exprese quién, cómo y cuando se estableció la determinación de ese objeto. En esa misma cápsula se colocan también el documento que establezca qué arzobispo consagró esa iglesia, algún documento de la época que lo atestigue, algunas monedas de curso legal y muy posiblemente algún hecho que marque el tiempo en el que se concretó el deposito de la reliquia”.
“Las reliquias pueden ser expuestas, pueden ser donadas, pueden ser solicitadas a las congregaciones o agrupaciones que las protejan, manifestó. Por ello, a Yucatán se han traído y expuesto en los últimos años reliquias, como fue el caso de los restos óseos de Santa Teresa de Jesús, también ropaje de San Juan Bosco y más recientemente, una cápsula con la sangre del Beato Juan Pablo II”.
Imágenes veneradas
En América son las imágenes y no las reliquias europeas las que dan soporte a las creencias religiosas, porque son a las imágenes a las que se les atribuyen milagros. De esta manera, la imagen del Cristo de las Ampollas, es ampliamente venerada en Yucatán, también la de la Virgen de Izamal, son imágenes taumaturgas, esto es, que se les puede atribuir milagros.
La importancia de las reliquias son un motor económico y se usó también de esa manera, acepta el investigador, porque en tanto más prestigio pueda tener una reliquia atrae a más gentes, se crean más procesos de desarrollo en base a esas creencias, como es el caso de Jerusalém, Santiago de Compostela, Santuario de Fátima e incluso la propia Basílica de Guadalupe, agrega.
Simbología
“Estos vestigios son una simbología, añade, se acercan a ofrecer un vínculo entre el santo y nuestra realidad. En nuestro estado hay iglesias que mantienen sus reliquias, pero se conoce muy poco de éstas, no se ha estudiado a fondo sobre este tema, ¿cuáles son, ¿quién las guarda?, ¿de dónde provienen?”, cuestionó.
Por mucho, hay lagunas históricas ya que mucha documentación perteneciente a la iglesia se perdió por muy diversas razones. Sin embargo, recalcó, son valores que otorgan fortaleza a la iglesia y que le permiten que un mayor número de creyentes mantengan su fe, concluyó.
– José Cortazar Navarrete