Aunque el turismo comunitario puede confundirse con otros tipos de turismos alternativos como el de naturaleza y el rural, para el gerente general de la Agencia de Viajes y Transportadora Vantastic, Josué Luna Gómez, destacó que Yucatán tiene potencial para esto y actualmente atrae a visitantes nacionales más que al europeo.
Señaló que este tipo de turismo es relativamente nuevo ya que es una forma diferente ya que generalmente se piensa en el sol y playa, pero surge lo alternativo, y el turismo comunitario tiene que ver en la forma cómo se hace el turismo, por las comunidades y para éstas y surge como empoderamiento.
Este tipo de turismo surgió como una alternativa económica de las comunidades rurales, campesinas, indígenas, mestizas o afrodescendientes propias de un país, para generar ingresos complementarios a las actividades económicas diarias y defender y revalorizar los recursos culturales y naturales locales.
El turistero explicó que actualmente existen muchas comunidades que tienen emprendimientos que no son tan visibilizados por los visitantes, “está el caso de Yodzonot está cercano a Chichén Itzá la afluencia es impresionante no tiene tanta visibilización, la entendemos en otros proyectos”.
Indicó que se crearon muchos convenios y actualmente existe un mapa por la Alianza Peninsular de Turismo Comunitario donde llevan un monitoreo de la Península Yucatán, de las zonas turísticas comunitarias es todavía hay que seguir la actualización, la creación de nuevos proyectos comunitarios es complejo entender.
Explicó que actualmente en ese ramo, hay de 10 a 11 proyectos atractivos como son talleres elaboración de guayaberas, hamacas, gastronomía y observación de aves, “es entender no es turismo comunitario inclusive se ofrecen de manera general, el contexto lo denomina como de este tipo, son actividades que se hacen que tienen un beneficio directo”.
Por ejemplo, en aviturismo, que es fomentada por la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) destaca que México tiene 1,120 especies de aves y que, de 192 países, ocupa el lugar 15 en cantidad de especies. Tan solo en la península de Yucatán habitan la mitad de ellas, por ejemplo, una de las más grandes de América: el jabirú, que llega a medir tres metros con las alas abiertas, es de plumaje blanco y trae un insignia roja en el cuello, no emite sonidos, pero se comunica con lenguaje corporal, como cuando golpea su pico negro contra la madera.
El documento “Riqueza alada: el crecimiento del aviturismo en México” también quiere que esta actividad levante el vuelo; destaca que hay 118 especies endémicas mexicanas, esas que solo se pueden ver en zonas específicas y provocan el flujo de observadores. De hecho, diez estados tienen tantas especies endémicas que son parte de las veinticinco zonas del mundo más destacadas en ello.
Luna Gómez indicó que actualmente por la pandemia este turismo capta a los nacionales, quienes quieren saber el tema cultural de su país, “el europeo por ahora no se nota tanto en el Estado, pese a que le gusta mucho por la sustentabilidad”.
Respecto que este tipo de turismo suele quedarse más días en la comunidad, debido a que en ocasiones quiere dormir en hamaca o ver la forma de vida de la gente, indicó que éste es muy poco, por lo regular sólo quieren ir a un cenote e ir a otro lugar.
TEXTO Y FOTO: DARWIN AIL
