Varias viviendas fueron incendiadas este fin de semana y un combatiente tribal árabe juró “masacrar” a los residentes de Sweida, mientras continúan los sangrientos choques con combatientes drusos en esta zona del sur de Siria a pesar de una tregua declarada. Estados Unidos exigió al gobierno sirio actuar para ayudar a frenar “la masacre”.
El presidente interino sirio, Ahmed al-Sharaa, había anunciado un alto el fuego inmediato, pero combatientes tribales sunitas y beduinos, aliados de las autoridades nacionales, avanzaron hacia Sweida, de mayoría drusa.
Un combatiente identificado como Abu Jasem arengó a los suyos al grito de “¡Adelante tribus!”, en unas calles mayormente desiertas. “¡Los mataremos en sus casas!”, dijo refiriéndose a los drusos.
Al final del día, sin embargo, los drusos se hicieron con el control de la ciudad, mientras proseguían los choques en otros puntos de la provincia de Sweida.
“Los combatientes tribales se retiraron de Sweida la noche del sábado”, indicó el el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
“Ya no hay beduinos en la ciudad”, añadió Basem Fajr, portavoz del Movimiento de Hombres Dignos, una de las dos principales facciones armadas de la comunidad drusa.
Los combatientes tribales acudieron en las últimas horas a Sweida desde otras partes de Siria para apoyar a los beduinos, que han estado en conflicto con los drusos desde el pasado 13 de julio.
Al menos 940 personas murieron en los enfrentamientos entre estas comunidades minoritarias. Al-Sharaa desplegó tropas, pero las fuerzas gubernamentales fueron acusadas de participar en los ataques contra los drusos.
Texto y foto: Agencias




