Sedena debe estar en alerta máxima ante posibles nuevos ataques

El grupo Guacamaya aseguró que no es el único que ha tenido acceso a los servidores de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), por lo que es necesario que el organismo refuerce de manera inmediata sus medidas de ciberseguridad para evitar próximos ataques.

Los primeros indicios de una posible vulneración del organismo a cargo del general Luis Cresencio Sandoval se dieron el pasado 19 de septiembre, pero no fue hasta que el medio Latinus lanzó una nota sobre la fuga de información a finales de ese mes que se tomó en cuenta.

Para Hiram Alejandro Camarillo, director de información de Seekurity, hasta ahora las autoridades han tratado de mitigar el impacto de este caso diciendo que la información filtrada es pública. Sin embargo, demuestra que se necesita tomar acciones para mejorar la ciberseguridad de la Sedena.

Al platicar con Excélsior, el especialista de ciberseguridad y uno de los primeros en detectar que la Sedena podría ser víctima de Guacamaya, explicó que la vulnerabilidad se debió a que no instalaron los parches necesarios de un programa enfocado en correo electrónico y colaboración llamado Zimbra.

Guacamaya, que se da a conocer como grupo hacktivista, reveló que usaron una vulnerabilidad en Zimbra para acceder a los servidores, en los cuales estuvieron cerca de un mes sin ser detectados y lograron extraer 6 terabytes de información.

“Ellos (Guacamaya) mencionaban que habían descubierto que a principios de julio había alguien más que ya estaba dentro del servidor, lo que concuerda con investigaciones internacionales que detectaron que este tipo de vulnerabilidad estaba siendo explotada por cibercriminales”, destacó Camarillo.

Ante esto, recomendó a la Sedena hacer una investigación exhaustiva de cuántas personas se conectaron, en qué momento entraron al servidor y si extrajeron más información.

Adicionalmente, encomendó al organismo encargado de la seguridad nacional hacer caso al informe de Auditoría de Cumplimiento a Tecnologías de Información y Comunicaciones realizado por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) en el que Sedena sólo cumplía con dos de los 20 controles necesarios.

Lo que puede pasar

Camarillo agregó que, si es cierto que otros ciberdelincuentes tuvieron acceso, la Sedena y otros organismos del gobierno podrían enfrentarse a próximos ciberataques.

Esto porque los cibercriminales, a diferencia de grupos como Guacamaya, no buscan información que cause algún problema o acción mediática en el país, sino algo que les genere dinero.

Esto significa que si tuvieron acceso al servidor de la Sedena trataron de extraer usuarios y contraseñas, información para entrar a otras entidades o sistemas, recolectar correos electrónicos para luego realizar ataques de fuerza bruta en éstos y, si lo logran, empezar a buscar más información.

“El punto para estas personas es ir más allá y sacarle provecho vendiendo los usuarios y contraseñas, ya sea de funcionaros públicos o de acceso a servidores”, añadió.

Habrá grupos de cibercriminales que deseen comprarlas porque entonces podrán hacer otro tipo de ataques como ransomware para secuestrar información sensible y pedir un rescate.