SEGUNDA PLANA – PUNTO MEDIO

EN EL DÍA INTERNACIONAL del Agua, tema del cual le ofrecemos hoy amplia información, varias personas recordaron ayer que Yucatán es rico en ese recurso, el de mayor valor en el mundo y por cuyo control, dicen algunos teóricos, se pelearía la Tercera Guerra Mundial. Muchas áreas de México padecen una escasez severa o de plano una ausencia total de agua potable, así que la posición de Yucatán (o de la Península entera) de tener bajo su suelo el 25% del total de agua del país es un verdadero privilegio, pero también un factor de riesgo ante el cual es necesaria una pregunta: ¿Cuánto tiempo más esperarán las autoridades federales, bien representadas por la poderosa Conagua, para instalar suficientes tuberías y maquinarias con las cuales llevarse el líquido local a otras partes de la República? El cerco se estrecha, nos parece, disfrazado de preocupación por el saneamiento del vital elemento, y el despojo no puede descartarse. Estamos ante un tema complejo y muy amplio.

DOS POLÍTICOS yucatecos de primer nivel abordaron ayer el tema del anunciado proceso de “reindustrialización” en el que estaría envuelto el estado, supuestamente con la presencia de nuevas fábricas o complejos industriales, algunos de los cuales todavía están en construcción. Uno de esos dos políticos señaló que sería mejor hablar de un proyecto para implantar un “nuevo modelo de desarrollo económico” para la entidad, en vez de una “reindustrialización”, pues hay que considerar, decimos nosotros, que en realidad Yucatán nunca ha sido una entidad industrializada, y está muy lejos de alcanzar en esto el nivel que tienen entidades como Estado de México, Hidalgo, Puebla, Nuevo León y algunas más. Hay que congratularnos desde luego de que ya se estén realizando al fin obras de infraestructura y de servicios que catapulten el desarrollo industrial, pero de eso a hablar de una “reindustrialización” nos parece que hay mucho trecho.

DEJARSE GANAR por el pesimismo sería uno de los grandes errores que podría cometer el estado, cuyos habitantes tienen que estar bien dispuestos para afrontar todos los retos, en especial los que surjan este año y el próximo. Hay que decirle no al pesimismo, pero sin caer en posiciones ingenuas o temerarias que nos impidan valorar correctamente nuestro entorno para tomar las mejores decisiones posibles. Yucatán hace muchos años que está rezagado en cuanto a la industria, aunque la actual administración estatal se esfuerza por sentar las bases de un despegue económico. Obras recientemente anunciadas como la “Plataforma logística de hidrocarburos”, el poliducto (para gasolinas, turbosina y diésel) que irá de Progreso a Cancún, y el Centro de Operaciones Ferroviarias cerca de Umán, forman parte de la infraestructura y servicios que se requieren como mínimo para empezar a desarrollarnos como estado industrial. Y hay otros elementos que también se deberían empezar a construir ahora, como una vía férrea que conecte el puerto de altura con el sistema nacional de trenes, y el Anillo Vial Metropolitano que, contra lo que dicen algunos funcionarios, ya empieza a hacer falta ante el acelerado crecimiento de la flota vehicular.

ACABA DE PASAR el aniversario 211 del natalicio de don Benito Juárez García, y la efeméride fue ocasión para escuchar y leer de funcionarios de diverso pelaje loas para el pensamiento del Benemérito de las Américas y, desde luego, recomendaciones y exhortativas para que éstos imiten los grandes valores del indio oaxaqueño. No sabemos qué piense Ud., pero a nosotros esos discursos nos supieron a falsedad, a que una cosa es lo que dicen los funcionarios, y otra es la que hacen. A poco a usted, ciudadano común que vive de su trabajo, no le gustaría que los funcionarios acaten a pie juntillas lo que dijo el Lic. Juárez el 2 de julio de 1852: “Bajo el sistema federativo los funcionarios públicos no pueden disponer de las rentas sin responsabilidad; no pueden gobernar a impulsos de una voluntad caprichosa, sino con sujeción a las leyes; no pueden improvisar fortunas ni entregarse al ocio ni a la disipación, sino consagrarse asiduamente al trabajo, resignándose a vivir en la honrosa medianía que proporciona la retribución que la ley haya señalado”. ¿Cuántos políticos y funcionarios conoce Ud. que vivan en esa honrosa medianía?

 

 

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