Miles de personas salieron este domingo a las calles de la gran mayoría de las provincias de Siria, y también de Damasco, después de que los rebeldes islamistas se hicieran con la capital del país árabe y la declararan “libre” del presidente Bashar Al-Assad, quien se aferró al poder durante 24 años.
Medios árabes como la cadena de televisión privada catarí Al Jazeera difundieron imágenes de grandes concentraciones de gente en la Plaza de los Omeyas, en el centro de Damasco, y de ciudadanos inmortalizando con sus móviles el clima de júbilo en la capital siria tras la caída de Al-Assad.
Estas celebraciones se produjeron en paralelo a tantas otras en la inmensa mayoría de las provincias del país, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, que apuntó que miles de personas salieron a las calles de Tartús, Latakia, Baniyas, Homs, Alepo, Idlib, Deir al Zur y Al Hasakah.
Los festejos también se extendieron a “pueblos habitados en su mayoría por ciudadanos de la comunidad alauí”, la minoría religiosa a la que pertenece Al-Assad, tras “la caída del régimen” de la familia del mandatario, en el poder en Siria desde hace casi 54 años.
Tras el derrocamiento, Al-Assad y su familia se encuentran en Moscú y han recibido asilo en Rusia, confirmaron fuentes del Kremlin a las agencias rusas Tass, Interfax y Sputnik. Las autoridades rusas han concedido al derrocado mandatario y a su familia el asilo político por motivos humanitarios, añaden estas fuentes.
Piden transición pacífica
La comunidad internacional abogó por una transición pacífica en Siria tras la caída del régimen de Bashar Al-Assad y expresó su deseo de que el país alcance la estabilidad lo antes posible.
La Siria de la familia Al-Assad, que gobernó el país árabe desde 1971, colapsó este domingo a manos de los insurgentes liderados por el Organismo de Liberación del Levante (Hayat Tahrir al Sham o HTS, en árabe), que tomaron Damasco sin apenas resistencia tras apenas 12 días de ofensiva. Estados Unidos y Naciones Unidas consideran terrorista al HTS.
Rusia, aliado de Bashar al-Assad, anunció que el dirigente había abandonado Siria y pidió a todas las partes implicadas que eviten hacer uso de la violencia y solucionen “los problemas de control del país por vías políticas”.
En un comunicado, la diplomacia rusa solicitó respeto “a las opiniones de todas las fuerzas étnicas y confesionales de la sociedad siria” y apoyó “el diálogo político inclusivo, basado en la resolución 2254 de Consejo de Seguridad de la ONU aprobada por unanimidad”.
Todos los países dijeron estar tomando medidas para garantizar la seguridad de sus ciudadanos residentes en Siria.
Día histórico
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, aseguró que es “un día histórico en Medio Oriente” tras la huida de Siria de Bashar Al-Assad y la caída de su régimen.
“Este es un día histórico en Medio Oriente. No permitiremos que ninguna fuerza hostil se establezca en nuestra frontera”, afirmó el líder israelí, acompañado de su ministro de Defensa, Israel Kat.
Texto y foto: Agencias