The White Princess, poder femenino

En un periodo de transición entre la Edad Media y los ini­cios del Renacimiento, tres mujeres se disputaron el tro­no de Inglaterra: la Princesa Elizabeth Lizzie de York (Jodie Comer), Lady Margaret Beau­fort (Michelle Fairley) y Eliza­beth Woodville (Essie Davis), reina consorte de Edward IV de Inglaterra.

Ellas son las protago­nistas de la serie The White Princess, la cual estrena este 17 de abril por Fox Premium y está contada desde su perspectiva, para lo cual era necesario tener un equipo ne­tamente femenino al frente y detrás de cámaras.

“Es una gran oportunidad de ponerles voz a estos per­sonajes. Además de las pro­tagonistas debo decir que los guiones fueron escritos sólo por mujeres, no fue coinci­dencia pero la serie habla sobre sólo féminas, en su ma­yoría y necesitábamos más de ellas detrás de cámaras.

“Phillipa (Gregory – autora de las novelas-) quería que su voz resonara y la protagonista era quien re­lataba la historia. En la televi­sión necesitábamos distintas y fuertes mujeres cuyas voces fueran escuchadas.

“Como escritora me en­canta hacer esto, porque no sólo hablamos de mujeres, también hablamos de política y demás situaciones”, contó la productora ejecutiva y guio­nista Emma Frost.

Si bien la historia está am­bientada dentro de la época de la llamada Guerra de las Rosas, fue necesario tomar varias licencias para poder contar este drama.

“Tuvimos que tomarnos muchas licencias dramáticas, porque no hay tanto conoci­miento sobre estos persona­jes, era necesario sobre todo si tomamos en cuenta que la serie es desde el punto de vis­ta femenino.

“También lo hicimos para contar una buena historia, sin afectar tanto los hechos rea­les, pero lo importante para mí era hablar de la condición humana, no es un documen­tal”, afirmó.

Al ser contada desde el punto de vista femenino, Frost asegura que también se muestra cómo era el matri­monio, el cual en aquella épo­ca y al menos para los nobles, era más una cuestión política que de amor, por lo que seña­la, la libertad era realmente de los plebeyos.

“Para Lizzie es increíble­mente importante. Porque la guerra civil separó a Inglate­rra y se supone que esta boda ayudaría a sanar.

“El matrimonio era algo político, era deber de ella ayu­dar con ese matrimonio, así funcionaban las cosas.

“Es un sacrificio que ella debía hacer por los suyos. Era increíblemente contradictorio que los nobles tuvieran que hacer ese sacrificio tenien­do todo a su disposición, pero los pobres podían casarse con quien quisiera, los nobles no tenían libertad”, señaló.

La producción del serial, que consta de sólo ocho epi­sodios, tuvo locaciones en Bradford y Bristol e incluyó si­tios como el castillo de Berke­ley y la catedral de Gloucester, y tomó más de año y medio su realización.

“Es la continuación de The White Queen y el final de la misma. Es la conclusión que necesitaba.

“Es una gran oportunidad hablar sobre personajes fe­meninos que fueron exclui­dos de la historia en un tiempo muy de hombres.

“Me encantaron las graba­ciones. Es un mundo muy gla­mouroso tenemos un diseño de vestuario, de producción que a la gente le va a gustar.

“Además estas historias son interesantes para la gente, porque están basadas en per­sonas reales. The White Prin­cess habla de un hombre que siembra el terror porque llegó al poder y eso se relaciona con lo que sucede hoy en día en Estados Unidos.

“Además este periodo era sobre vida, muerte y super­vivencia. Además, los inte­grantes de la realeza eran las celebridades de aquella épo­ca. Fue un proceso muy largo, porque estéticamente es una serie complicada”, finalizó.- Agencias

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