Trabajo infantil, presente en Yucatán

La entidad se ubica entre las 14 del país con una mayor tasa, al mismo tiempo que supera el promedio nacional, que es del 13.1%

Durante el 2022, el trabajo infantil en Yucatán registró un incremento de tres puntos porcentuales con respecto al 2019, según reveló la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil (ENTI) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Los datos arrojan que tres de cada 20 niñas, niños y adolescentes de entre 15 y 17 años de edad realizan algún tipo de trabajo en la entidad. Incluso se señala que Yucatán se ubica entre las 14 entidades del país con una mayor tasa, al mismo tiempo que superó el promedio nacional, que es del 13.1%.

De acuerdo con el documento, en 2022 fueron 3.7 millones de niños y adolescentes de cinco a 17 años que desarrollaban trabajo infantil, lo que representó una tasa de 13.1. Asimismo, para las niñas dicha tasa fue del 10.7% y para los niños fue del 15.5 porcentual.

Por entidad federativa, las tasas de trabajo infantil más altas se presentaron en Guerrero, con 24.5 por ciento; Chiapas, con 20.8 por ciento, y en Nayarit, con 19.1 por ciento. Los estados que registraron las tasas más bajas fueron: Ciudad de México, con 4.0 por ciento; Coahuila, con 6.4 por ciento, y Baja California, con el 6.5%. Yucatán está en el lugar 14, con una tasa del 15 por ciento con respecto a la población de entre cinco a 17 años, mientras que en 2019 fue del 11.9 porcentual.

Pero ¿qué se considera como trabajo infantil?

De acuerdo a la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el término “trabajo infantil” suele definirse como todo trabajo que priva a los niños de su niñez, su potencial y su dignidad, y que es perjudicial para su desarrollo físico y psicológico.

Se habla de trabajo infantil cuando niños y niñas realizan una actividad laboral que es física, mental, social o moralmente perjudicial o dañina; interfiere con su escolarización y los priva de la oportunidad de ir a la escuela o los obliga a abandonar las aulas, así como cuando les exige que intenten combinar la asistencia a la escuela con largas jornadas de trabajo pesado.

Del tema, Antonio Benavides, coordinador nacional del proyecto AccioNNAr de la OIT, proyecto que busca erradicar el trabajo infantil, el trabajo forzoso y la trata de personas en México, explicó más a profundidad sobre la importancia de hablar y visibilizar el trabajo infantil; así como conocer cuales son las principales características por las que se da este tema y que se considera o no, trabajo infantil. 

“Para calificar o no de trabajo infantil a una actividad específica dependerá de la edad del niño o la niña, el tipo de trabajo en cuestión y la cantidad de horas que le dedica, las condiciones en que lo realiza, y los objetivos que persigue cada país”, manifestó.

Indicó que la OIT considera positiva la participación de los niños, niñas y adolescentes, por encima de la edad mínima de admisión al empleo, en trabajos que no atentan contra su salud y su desarrollo personal ni interfieren con su escolarización, es decir, colaborar en un negocio familiar o las tareas que realizan fuera del horario escolar o durante las vacaciones para ganar dinero de bolsillo.

“Este tipo de actividades son provechosas para el desarrollo de los pequeños y el bienestar de la familia, les proporcionan calificaciones y experiencia, y les ayuda a prepararse para ser miembros productivos de la sociedad en la edad adulta”, anotó.

Sin embargo, aclaró que todas las formas de esclavitud o prácticas análogas a la esclavitud, tales como la venta y el tráfico de niños, el trabajo forzoso u obligatorio, la servidumbre por deudas y la condición de siervo, son consideradas las peores formas de trabajo infantil.

“Las personas adolescentes (15 a 17 años de edad en México) pueden trabajar siempre y cuando tengan la edad mínima permitida, realicen sus labores en condiciones seguras que no pongan en riesgo su salud integral, trabajen como máximo las horas establecidas por la legislación nacional, el trabajo no les impida estudiar, y se respeten sus derechos laborales”, explicó.

Indicó que, según los datos reportados por la encuesta, 2.1 millones de niñas, niños y adolescentes laboran en actividades económicas no permitidas, cifra similar a 2019. Incluso, 1.9 millones de la población entre cinco a 17 años realizaron quehaceres domésticos en condiciones inadecuadas, es decir, durante horarios prolongados y/ o expuestos a riesgos.

“Tener padres con bajos niveles educativos o desempleados, vivir dentro de una familia monoparental o con padres enfermos, ser parte de una familia que vive en condición de pobreza o que no cuenta con los recursos suficientes para satisfacer necesidades primarias,sufrir abuso y agresión en el hogar, vivir en la calle o haber sido abandonado, son algunas de las  características que comparten muchos niños, niñas y adolescentes que trabajan y que les hacen más vulnerables”, mencionó.

La OIT considera que los niños y las niñas que trabajan pierden la posibilidad de ser niños, de aprender en la escuela y de jugar, ya que se ven obligados a tomar responsabilidades y actitudes de adultos. Así como también que la falta de otros espacios de reconocimiento y las carencias graves que sufren en el plano material, salud y educación, los encierra en un círculo vicioso de trabajo y aislamiento social que se reproducirá en sus hijos, y así sucesivamente”.

A nivel nacional, los niños tuvieron una mayor participación en actividades agrícolas, ganaderas, forestales, caza y pesca, el 39.2%, mientras que las niñas, en las ocupaciones de comerciantes y empleadas en ventas, el 24.7 por ciento.

Es por eso que el proyecto AccioNNAr, de la Oficina de la OIT para México y Cuba será implementado principalmente en Chiapas, Yucatán y Quintana Roo, entidades que fueron elegidas porque “comparten características de organización, tienen situaciones de trabajo infantil y trabajo forzoso”.

“Nuestras actividades y la mayoría de las acciones que vamos a tomar, están encaminadas al fortalecimiento de los gobiernos federales, estatales y municipales en los estados en los que se estará implementando el proyecto”, finalizó.

Texto y fotos: Andrea Segura