Tren Ligero, lejos de cumplir su promesa de movilidad

A más de un año de su inauguración, las estaciones de este proyecto lucen sin pasajeros y su uso se limita a unos cuantos turistas y campechanos

El Tren Ligero de Campeche, presentado por el Gobierno del Estado como el gran parteaguas de la movilidad urbana, se ha convertido en una obra millonaria que luce prácticamente vacía. A más de un año de su inauguración, las estaciones permanecen sin pasajeros y su uso se limita a unos cuantos turistas que arriban a la ciudad.

De acuerdo con recorridos realizados en el tramo de 15 kilómetros y sus 14 estaciones, la mayoría se mantiene desierta. Solo las ubicadas en el malecón y en la terminal del Tren Maya registran algo de movimiento, principalmente de visitantes que buscan trasladarse al centro histórico o a sus hoteles.

En contraste, los habitantes de las colonias por donde pasa la ruta apenas lo utilizan. La tarifa de 18 pesos y la falta de conexión directa con otras zonas de la ciudad lo han vuelto poco funcional para los campechanos, quienes únicamente lo abordaron durante los primeros días de operación, cuando el servicio fue gratuito y despertó curiosidad.

El tiempo también ha dado la razón a los empresarios y especialistas que desde un inicio advirtieron que el proyecto no resolvería los problemas de transporte urbano. En su momento, propusieron destinar los cuatro mil 200 millones de pesos invertidos en la obra a la modernización del sistema de autobuses o a atender servicios básicos como el abastecimiento de agua potable, pero sus voces fueron desestimadas.

Además de su bajo impacto en la movilidad, vecinos de las zonas afectadas aseguran que la construcción del Tren Ligero provocó daños viales, inundaciones y accidentes en distintos puntos del trazo.

Lejos de convertirse en una solución para el transporte público, el Tren Ligero de Campeche parece hoy una obra de alto costo y poca utilidad, símbolo de una promesa gubernamental que no logró ponerse en marcha como se anunció.

Texto y foto: Agencias