Tutankamón y la biblia me llevaron a ls arqueología

Marcela Zapata descubrió a los ocho años su fascinación por las culturas antiguas de Medio Oriente, especialmente Egipto. Desde entonces supo que su futuro era la arqueología. Sus primeros pasos comenzaron en Teotihuacán, en un proyecto de investigación en la Pirámide del Sol que encabezaba su “mentora” y “consejera particular”, la arqueóloga Linda Manzanilla. En 2008 excavó en Egipto junto a un grupo de mexicanos que desde hace varios años trabaja en la recuperación de la Tumba Tebana 39. Hasta ahí creía haber cumplido el sueño de su vida, pero lo mejor estaba por venir. En 2009 consiguió estar al frente de una excavación en Israel, otro pueblo por el que profesaba una gran admiración.

Hoy, esta arqueóloga mexicana egresada de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) encabeza el proyecto que ha comenzado a desenterrar el pasado de Magdala, el lugar donde se cree que nació María Magdalena y por donde habría caminado Jesús. El proyecto ha sido considerado por la Autoridad de Antigüedades de Israel como “el más importante en 50 años” por la cantidad de vestigios arqueológicos que ha encontrado, como una sinagoga del siglo I d.C, baños rituales y la Piedra de Magdala, descrito como uno de los objetos arqueológicos más valiosos hallados en Tierra Santa en los últimos años por los símbolos religiosos que contiene.

¿Cómo fue que te involucraste en este proyecto?

Me enteré del descubrimiento de la sinagoga y hablé con el director del proyecto Magdala Center (padre Juan Solana) para decirle que si necesitaba una arqueóloga, yo era una mexicana, como él, y que podría ayudarle. Me dijo que tenían a los arqueólogos de la Autoridad de Antigüedades de Israel y que no lo creía necesario, pero le empezaron a hablar en términos arqueológicos, y entre inglés y hebreo él no entendía nada. Yo tampoco entiendo hebreo, pero sí términos arqueológicos e inglés, y me pidió que lo apoyara. Cuando estaba por regresar a México se descubrieron más vestigios; fue entonces cuando empezamos el proyecto de excavación, apoyado por la Universidad Anáhuac e investigadores de la UNAM.

¿Habías hecho antes arqueología en esa parte del mundo?

En Israel no, pero sí en Egipto. Había trabajando desde 2008 con la Universidad del Valle de México, que tiene a su cargo la Tumba Tebana 39 (Luxor). En 2009, cuando se dio la posibilidad de ser la directora de un proyecto, pues aunque mi amor y pasión por Egipto son tremendos, lo de Israel me atrajo más. Y ahora soy la primera arqueóloga mexicana que sale al mundo a dirigir un proyecto.

¿Y qué significa para ti ser la primera arqueóloga mexicana en dirigir un proyecto en el extranjero?

Primero un orgullo tremendo por luchar día a día en poner en alto el nombre de México en el extranjero en el campo de la arqueología; es un honor decir con mucho orgullo que soy mexicana y que aquí tenemos cosas muy buenas, mucho talento, y que sólo falta que alguien confíe y dé un pequeño empujón. Hay también una gran responsabilidad, sé que los ojos de muchas personas y universidades están buscando un pequeño error para resaltarlo ante la Autoridad de Antigüedades para quedarse con el proyecto, así que sí, de pronto me quita el sueño, no porque lo esté haciendo mal, sino para no perder de vista ningún detalle y ver que mi equipo trabaje como un reloj para seguir siendo el primer proyecto de mexicanos en Israel, dirigido por una mujer.- El Universal

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