Un árbol para todos

Una comunidad es como un barco; todos deben estar preparados para tomar el timón.

 Henrik Johan Ibsen (poeta y dramaturgo noruego)

Inspirado en el dramaturgo noruego, el hombre de negocios y Presidente de Rotary International (1954-1955) Herbert J. Taylor escribió que, un buen ciudadano, es aquel que aprecia lo que otros han hecho por él y acepta la responsabilidad para el mejoramiento futuro de su comunidad.

Coincido plenamente con ambos hombres. Me he propuesto impregnar, cada uno de mis actos cotidianos, del sentido de responsabilidad que todo ciudadano debe fomentar, en sí mismo y en los demás.

En ese tenor, me di a la tarea de plantar un árbol donde antes estaba un vetusto árbol de ramón. Lo sembramos en el arriate que se encuentra enfrente de la famosa heladería y sorbetería Colón, en el Paseo de Montejo.

 

 

Me acompañó mi madre y, con la ayuda de un buen amigo, logramos trasplantar un chaká. Mi amigo se llama Demetrio Hau, y es trabajador de Servicios Públicos municipales del ayuntamiento de Mérida; a diario cumple su trabajo de manera diligente y, a mi parecer, contenta. Es un gran ejemplo de servidor público.

Deseo que ese árbol crezca sano y fuerte, que sus ramas sirvan de hogar a pájaros, insectos y otros animales y seres que cohabitan con nosotros y que, como la ciencia y la virtud, son maravillas de la naturaleza.

Si algún día el Creador me concede la dicha de tener hijos, podré decirles: Ves ese árbol que está ahí. Tu abuela, un amigo y yo, lo sembramos.

Y podré cantar como Alberto Cortez, “mi madre y yo lo plantamos…”.  Espero que, la vida me dé la oportunidad de verlo lleno de nidos, frondoso y altivo sobre la emblemática avenida.

José Miguel Rosado Pat