Una lágrima cayó en la arena. En la arena de la México. Era una lágrima que se deslizó de las mejillas de un anciano. Un anciano que se emocionaba porque iba a presenciar junto a su nieto un lleno histórico para la corrida de José Tomás y Adame…
Se juntó la lágrima con otras. Otras que como ella habían caído allí producto de una emoción muy fuerte. Alguna de las que se derramaron cuando Juli orquestó su faena de ensueño… Otra que se desprendió de un rostro cuando su dueña decía torero torero a Talavante…
Emociones…
Y lágrimas hijas de las emociones…
Dedicado a todos los que sienten el toreo como una emociòn
Dedicado a los toreros mencionados
Dedicado a cada alma de visita en México para este 31 de enero
Dedicado a Luis Carrasco, desde México rezo por ti