Los pacientes con episodios graves de migraña tienen una aliada en la toxina botulínica, también conocida como bótox, según la cirujana dermatóloga Betssy Hazoury.
“El bótox se ha convertido en uno de los principales tratamientos para un sin número de enfermedades y estados que jamás nos imaginamos, desde que inició ha sido uno de los principales temas en los recientes congresos de la American Academy en Washington DC”, explicó Hazoury, directora del Centro Dermatológico y Cirugía ambulatoria Dermasurgery.
Según Hazoury, la toxina debe ser colocada de modo subcutáneo o intramuscular poco profundo, con una pequeña aguja, alrededor de la cabeza, y ser repartida en puntos específicos. Esta administración hay que realizarla cada cinco o seis meses, dependiendo de cada paciente.
La explicación de por qué es útil el bótox contra la migraña crónica y no en otras cefaleas aun no está del todo clara, pero consigue una desensibilización, es decir que disminuye la puesta en marcha y mantenimiento de circuitos cerebrales que perpetúan el dolor.
Diversos estudios internacionales evidencian que la vida de los pacientes tratados con bótox por cefaleas se ve altamente mejorada, después de 12 meses en tratamiento con toxina botulínica tipo A.
El bótox es creado a partir de una toxina que produce la bacteria Clostridium botulinum y se emplea en medicina y estética en dosis pequeñas.- Agencias
