A los niños hay que contarles la verdad. Siempre. Adaptada a su edad y sus circunstancias. A los niños de Ronda, ciudad malagueña que muchos consideran el lugar más hermoso del mundo, les contarán sobre un gitano de la localidad que, siendo un hombre fuerte, quiso llamarse Juani. Diminutivo de Juan. Juani Bulerías…
Juani Bulerías fue apreciado y respetado por todos…
En la Ronda que fascinò a Rilke, y a tantos!, naciò Antonio Ordòñez un invierno. El que después sería uno de los toreros más sobresalientes del siglo XX, y un rondeño universal. Naciò también Juani, un hombre que afirmaba vivir bien porque “pa qué iba a vivir peò”. Y fue amigo de Ordòñez, y de él hablaba maravillas…
Juani era la generosidad…
Un gitano. Un hombre bueno. Un hombre de ideas nobles. Hay gente que se empeña en ser sin ser nada, Juani era sin empeñarse. Con un rostro curioso cautivaba la atenciòn. Tenía algo, alma, aire, aroma, duende. Era amigo, un ser que comprendía el real significado de la palabra amistad. Era puro, era la pureza.
Juani era rondeño. Pura Ronda!
Hay personas que presumen de tener muchos “amigos” y de ser muy conocidos. Juani era humilde, no presumía de nada, y le quería todo el mundo. Más simpático que la simpatía, alegre, amante de la vida: de la buena vida, la que es con una copa de vino y un grupo de seres allegados, y una guitarra, y el tiempo… Y ole!
Juani era taurino!
Juani era buen conversador. Personaje irrepetible. Aficionado. Excelente aficionado. Amaba el toreo. Tuvo la dicha y la fortuna de tratar a Ordòñez, y viviò con él momentos únicos que luego relataba, con su gracia, y su esencia, y su presencia. Era flamenco, vivo, gitano, hombre de latidos y sentimientos. Era Juani!
Simplemente Juani Bulerías!
Era goyesco. Amante de la Goyesca de Ronda. Buen bebedor de vino. Buena voz. Amable. Familiar, muy familiar. Era abuelo. Rondeño, no creo conocer a nadie que haya amado tanto Ronda, trabajando siempre por y para su ciudad. Era un hombre de calle, risueño. Vividor. En armonía con la vida. Feliz. Un tipo feliz. Un señor!
A los niños de Ronda les contarán que Juani era abuelo, Manuela la niña de sus ojos y sus amores. Que veneraba Ronda. Que era, sin más. Era él. Que cuando la muerte vino, muy pronto, a llevárselo al cielo la multitud que quiso decirle adiòs provocò avalanchas. Eso es ser querido y admirado, recoger lo sembrado, ser de verdad!
Dedicado a mi querido Juani Bulerías
A la familia de Juani
A Ronda
Y a Luisito, que sigue luchando…