El diputado federal por el tercer distrito, Pablo Gamboa Miner, enfatizó que fue a petición de los propios ciudadanos que los legisladores priistas acudieron a constatar los casos de calles sin pavimentar que no han sido atendidos y que contrastan con la destrucción de calles en buen estado para volverlas a construir.
El legislador indicó que fueron los propios colonos que expresaron su malestar a los diputados del Revolucionario Institucional ya que la administración panista de Mérida no los ha escuchado, pues los vecinos han sido testigos por años de que vialidades permanecen en mal estado, a pesar de las solicitudes que han hecho llegar al Ayuntamiento.
Ejemplo de esta situación se puede encontrar en diversos puntos de la capital yucateca, como las colonias Amapola, Mulsay, Sambulá, Bojorquez, Xoclán Rejas, Díaz Ordaz, por mencionar algunas. Donde los vecinos aún tienen que transitar por caminos malos y sin banqueta, pese a que ha quedado demostrado que se cuenta con los recursos, pero no son aplicados en respuesta a las verdaderas necesidades de los ciudadanos.
Gamboa Miner señaló que la selección acerca de que calles deben ser repavimentadas no la realiza la Secretaría de Hacienda Federal, como ha declarado el primer edil.
“La instancia federal únicamente solicita ser informada; son los ayuntamientos los encargados de tomar la decisión final, sobre que calles serán intervenidas”, expresó el legislador.
Mencionó que es imprescindible ofrecer información veraz a los meridanos sobre la decisión que ha tomado el ayuntamiento, al preferir destruir avenidas que aún tenían años de vida útil, en lugar de repavimentar calles que no han sido atendidas a pesar de los reclamos de la ciudadanía.
El legislador manifestó su preocupación por los ciudadanos de Mérida, en particular por los del tercer distrito federal, debido a que, el recurso destinado a la repavimentación de calles se ha aplicado de forma arbitraria, sin consultar a los ciudadanos.
“Avenidas como la de la colonia Chenkú, la 41 de la colonia Juan Pablo II y la Mérida 2000, entre otras vialidades, han sido destruidas, mientras que calles de las entre muchas otras, están en el abandono, representando un peligro para los automovilistas y los peatones”, apuntó.